En la parte más álgida del contrainterrogatorio que le practicaba el defensor Florein Miedel, el testigo de este lunes en el juicio de Genaro García Luna, Óscar Nava Valencia, concedió algo que seguramente no esperaba la fiscalía:
"Documentos y fotografías no tenemos".
–¿Entonces es sólo su palabra? – atacó el defensor al oler la sangre.
"Mi palabra y me imagino que la de otras personas", confió el testigo, vestido con su uniforme de prisión color amarillo limón.
El litigante le recordó al testigo de una reunión celebrada entre fiscales, agentes de la DEA y fiscales del caso "donde usted les dijo que nunca había conocido a Genaro García Luna" pero que la mañana de hoy había dicho que incluso estuvo con él en un par de ocasiones.
"Más que nada es que uno tiene temor pues no es fácil venir a decir las cosas como son", se dobló el testigo. Le recordó cómo después de haber dicho eso, los fiscales salieron de la sala donde lo interrogaban y que el agente de la DEA Morei, que estaba en altavoz por teléfono, le reclamó a Valencia: "¡¿qué estás haciendo!?"
"Sí, se sorprendió que tomara esa actitud”, concedió el cooperante, visiblemente nervioso. Luego el defensor le dijo como ese mismo agente de la DEA le ha prometido a Valencia el traer a su familia de México, “donde han sido amenazados de muerte".
Óscar Nava divagó sobre esas amenazas a su familia la cual le preocupa mucho "y la situación en la que me están poniendo pues estoy en riesgo", articuló. "Conforme se acercan más cosas me voy sintiendo peor" atacó pese a luego conceder que, debido a su colaboración con el gobierno de los Estados Unidos, su condena pasó de 25 a 16 años y que incluso esos tres lustros pueden acabar pronto si el juez considera que su testimonio de hoy es útil a los fiscales por lo que, quiso componer, “estoy aquí para decir la verdad”.
Florien Miedel cuestionó a Lobo Valencia si las presuntas llamadas realizadas entre Arturo Beltrán Leyva y el acusado habían sido realizadas por radio o altavoz.
"Usted dijo que usaban UNIFON, ¿es cierto?", cuestionó el defensor del mexicano a lo que el testigo aceptó que en dichas llamadas nunca se usaba el altavoz.
Hace una semana Sergio Villarreal Barragán dijo que Beltrán Leyva, El Barbas, siempre usaba el altavoz al hablar con autoridades a las que entregaba sobornos, por lo que de esa forma él se enteraba del contenido de las mismas.
Finalmente, en el contrainterrogatorio el abogado, se fue recorriendo una a una las detenciones de miembros de alto rango del cártel de Sinaloa comenzando por la del mismo Lobo Valencia, pero siguiendo con la del Rey Zambada, Alfredo Beltrán Leyva; Edgar Valdez, La Barbie; El Conejo Poveda, y El Grande.
–Entonces no recibieron nada por el dinero pagado, ¿no es así?– ironizó Miedel.
–Había otras dependencias pues por ejemplo a mí me detuvo el ejército. Se defendió Valencia.
–Pero usted no sabía qué tan de cerca trabajaba García Luna con el ejército para realizar arrestos, ¿verdad?
"No", atajó secamente el cooperante cuyo testimonio culminó esta tarde.
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