La investigación sobre el asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, dio un giro dramático tras revelarse el contenido de una carta póstuma escrita por uno de los autores materiales del crimen.
Se trata de Ramiro 'N', un hombre cuyo cadáver apareció en la carretera Uruapan–Paracho el pasado 10 de noviembre, cumpliendo la trágica predicción que él mismo plasmó en papel antes de esconderse: sus propios jefes lo silenciarían.
¿Quién era Ramiro 'N'?
Identificado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) como una pieza clave en la logística del atentado, Ramiro 'N' no era un novato en el mundo criminal. Con antecedentes por uso de armas de fuego, fungía como instructor dentro de una célula delictiva en Michoacán.
Su rol iba más allá de obedecer; entrenaba a otros sicarios en el manejo de armas e imponía castigos físicos por indisciplina.
Durante el ataque a Carlos Manzo, Ramiro operó como coordinador de campo bajo las órdenes de Jorge Armando 'N', alias "El Licenciado". El análisis de sus dispositivos electrónicos confirmó que monitoreó la ruta del alcalde minuto a minuto.
A las 18:06 horas envió un video de la jardinera donde ocurriría el crimen y, más tarde, notificó a sus superiores el momento exacto del ataque y la posterior caída del tirador.
La confesión final Sin embargo, lo que ha conmocionado a la opinión pública no es solo su participación logística, sino la carta que dejó en una maleta a su pareja, Paulina, antes de huir al poblado de La Basilia. El texto, revelado por el Ministerio Público en la audiencia inicial, confirma que Ramiro sabía que su sentencia de muerte estaba firmada por "El Licenciado" para cortar los hilos de la investigación.
"Mi hija, cuando leas estas letras se te llenarán los ojos de agua. Perdóname, hice las cosas mal, te fallé. No andaba en nada del aguacate, te mentí", inicia el texto manuscrito.
En la misiva, Ramiro 'N' admite su trabajo para el autor intelectual y advierte sobre la corrupción institucional:
"Seguramente cuando leas esto, yo estaré muerto, porque nos van a querer silenciar... Espero que me perdones y puedas decir la verdad, pero no lo hagas en Uruapan porque El Licenciado tiene comprada a toda la fiscalía".
Días después de escribir estas líneas, Ramiro fue ejecutado, convirtiendo su carta en la evidencia póstuma más contundente sobre la autoría intelectual detrás del magnicidio en Uruapan.
LG