La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) alertó que el Cártel de Sinaloa cometería ataques contra la población y autoridades en Sonora, además de enfrentamientos y ejecuciones entre grupos criminales, y la detonación de una bomba, de acuerdo con informes “confidenciales” y dados a conocer por los hacktivistas Guacamaya.
Los informes indicaron que la Sedena desplegó a su personal y solicitó el apoyo de la Guardia Nacional (GN) para impedir las acciones violentas por parte de dos facciones del Cártel de Sinaloa que están en disputa.
Los trabajos de inteligencia describen que los responsables de la ola de violencia en esa entidad son los grupos sinaloenses que trabajan para los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y el capo Ismael El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.
En Sonora también opera la organización de Los Páez que lidera Rodrigo Omar Páez Quintero, Lito Paéz, sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero, la cual enfrenta a los dos citados grupos.
Los informes donde se emitieron las alertas para evitar acciones violentas datan de 2020 y mencionan cada uno de los pasos de estos grupos delictivos y sus planes a corto y mediano plazo para tomar el control del territorio sonorense.
Uno de los documentos precisa que el Ejército supo que Roberto, Cara de Ardilla, integrante de Los Demonios, brazo armado del cártel de Sinaloa, planeaba una explosión con un artefacto explosivo en Nogales o Magdalena de Kino.
“Un operador del grupo delictivo informó a Roberto, Cara de Ardilla, que ya tenía listos los explosivos y la bomba, y que quedaba pendiente entregarle (a Cara de Ardilla) el teléfono con el que se hará la detonación.
“Por su parte, Cara de Ardilla indicó a su colaborador que Rafael Ángel Salazar Olmos, El Boy, acudirá por los explosivos”, apunta el informe.
Los Demonios tienen como centro de operaciones Nogales, y son liderados por Gilberto Martínez Rentería, El Gilillo, bajo el mando de Felipe de Jesús Canizales Apodaca, El Gigio, de la vertiente de Los Mayos.
En dicho municipio mantienen confrontación con Cristóbal Castillo Santamaría, El Cinco, jefe de plaza del grupo de Los Cazadores, brazo armado de Los Chapitos, cuyo líder regional es Jesús Humberto Limón López, El Chubeto.
Otro documento revela que Los Páez pretendían retomar el control de las actividades delictivas en la localidad de El Zoquete, Caborca, de donde fueron desplazados por El Chubeto.
El Ejército también conoció que Jesús Humberto Limón se caracteriza por su alta capacidad de corrupción, por lo cual recibe protección de fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno, quienes además de brindarles protección e informar de los operativos implementados en su zona de operación, también participan en la detención de sus rivales, inclusive en acciones violentas contra los mismos.
Asimismo, supieron que “fortaleció su capacidad de fuego y táctica”, ya que adquirió armas tipo Barret calibre 0.50, así como AK-47, mejor conocidas como “Cuernos de Chivo”, AR-15 y fusiles de asalto Minimi, y cartuchos útiles y vehículos blindados.
“Es previsible que el grupo de Chubeto ejecute acciones violentas de alto impacto contra Los Páez, en venganza por el reciente atentado contra (su principal operador José Bibiano Cabrera Cabrera) El Durango, quien resultó herido luego de que explotara la camioneta en la iba a bordo”, añade una alerta.
La Sedena descubrió que El Chubeto dio instrucciones para agredir las instalaciones de la presidencia municipal de Cucurpe; asesinar a un comandante de la policía municipal de Imuris y privar la de la libertad a tres personas.
Para ello, ordenó a un sujeto identificado como El Lupillo llevar a cabo el ataque en la presidencia municipal.
Igualmente, instruyó a uno de sus operadores referido como Neto asesinar al comandante de la Policía Municipal de Imuris.
El Chubeto les advirtió que de no cumplir sus órdenes y respaldar la defensa de la plaza serían separados de la organización.
La Sedena advirtió que los atentados en Cucurpe se realizarían en el corredor de la región de Altar hacia Nogales y Arizona, Estados Unidos, ruta estratégica para el trasiego de drogas y personas.
Limón López, refirió que continuaría con las agresiones y mencionó que el siguiente líder que le interesaba matar es Ignacio Páez Soto, El Nacho, líder de Los Páez en Pitiquito, a quien fue asesinado en diciembre de 2020.
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