El Ejército mexicano abrirá un centro de acopio en la Base Militar 1 en Santa Lucía, Estado de México para enviar ayuda a los afectados por el sismo que afectó a miles de personas en Turquía.
En la conferencia mañanera, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval detalló que el gobierno mexicano comprará víveres para la ayuda humanitaria, pero también se invitó a la población a donar diferentes artículos.
"El centro de acopio será en la base aérea de Santa Lucía para que si hay ciudadanos que quieran participar, la sociedad que quiera participar, proporcionar alimentos ahí los estaremos recibiendo, será el único centro que se establecerá", dijo.
Entre los artículos y alimentos que se están solicitando están: frijol, conservas de verduras, arroz, atún, sardina, garbanzo y ropa térmica.
Cresencio Sandoval explicó que los víveres serán enviados a través de la empresa Awesome Cargo en una aeronave Airbus A330 Cargo, con capacidad para transportar hasta 50 toneladas.
"Lo que se adquiera y lo que se done, se organizará la carga, se pedirá a la empresa el avión para que en el Centro de Acopio se lleve a cabo el embarque y se organice el personal que irá representando a México para la entrega de los víveres", agregó.
Respecto a los apoyos para Siria, el gobierno de ese país informó que la ayuda humanitaria será recibida y entregada a través de la ONU.
Terremoto en Turquía y Siria deja más de 17 mil 500 muertos; continúan los rescates
La cifra de muertos por el terremoto en Turquía y Siria ha incrementado a más de 17 mil 500. La esperanza de encontrar supervivientes es cada vez más baja, aun así, los equipos de rescate sospechan que aún hay personas con vida debajo de los escombros.
De acuerdo con los últimos balances, hay un total de 17 mil 513 muertos, 14 mil 351 en Turquía y tres mil 162 en Siria. A ello hay que sumar las pérdidas económicas, que según la agencia de calificación Fitch probablemente pueden superar los dos mil millones de dólares y "podrían alcanzar los cuatro mil millones de dólares o más".
En la ciudad turca de Antakya, los supervivientes buscaban a sus familiares difuntos entre bolsas mortuorias depositadas en un estacionamiento convertido en una morgue improvisada.
"Encontramos a mi tía, pero no a mi tío", dijo con voz ahogada Rania Zaboubi, una refugiada siria, que perdió a ocho familiares.
El terremoto de magnitud 7. 8 ocurrió en la madrugada del lunes, mientras mucha gente todavía dormía en esta región donde muchos ya sufrieron la pérdida y el desplazamiento debido a la guerra civil de Siria.
Hasta este jueves, el noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, no ha recibido su primer convoy de ayuda internacional a través del paso fronterizo de Bab al Hawa, el único autorizado para estos envíos desde Turquía.
“Podría considerarse una respuesta inicial de Naciones Unidas y debería continuar, como nos prometieron, con convoyes más grandes para ayudar a nuestra gente", dijo Mazen Alloush, responsable del paso fronterizo.
Al otro lado de la frontera, el descontento crece ante la reacción de las autoridades al terremoto que, según admitió el miércoles el mismo presidente Recep Tayyip Erdogan, tuvo "deficiencias".
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