Se le conoce como solsticio y se produce dos veces al año para dar inicio oficialmente al verano o invierno en cada uno de los hemisferios, hoy 21 de junio es el día más largo del año ya que inicia el verano.
Este fenómeno natural es el resultado de la inclinación del eje norte-sur de la tierra 23,4 grados hacia el Sol, lo que hace que cantidades diferentes de luz solar alcancen las diversas regiones del planeta durante la órbita de la Tierra en torno al Sol.
Es importante conocer que, en el solsticio de junio, el Polo Norte se encuentra más inclinado hacia el Sol que durante cualquier otro día del año. Como consecuencia, el hemisferio norte, donde entra el verano, vive el día más largo, con unas 15 horas de luz, y la noche más corta del año. Mientras tanto, en el hemisferio sur ocurre lo contrario, ya que junio trae el solsticio de invierno y el día más corto del año.
¿Por qué es el día más largo del año?
Al tener una inclinación más elevada, la Tierra recibe cantidades de luz solar muy diferentes en las distintas zonas de su superficie. De esta forma, en el hemisferio norte se provoca el día más largo del año y la noche más corta.
Según el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el Sol alcanza su mayor elevación sobre el horizonte durante el solsticio de verano a las 12:00 horas.
Todos los años se producen dos solsticios, el primero sería el de junio que da la bienvenida al verano, mientras que el segundo tendría lugar en diciembre dando comienzo al invierno.
Celebraciones del solsticio de verano
El término viene del latín solstitium, que significa "Sol quieto", debido a que durante varios días parece que su altura en el firmamento no varía.
En todas las civilizaciones, los solsticios han sido tradicionalmente un momento de gran importancia cultural y religiosa.
Aún en la actualidad, y con algunas horas de ajuste, el de invierno coincide con la celebración de la Navidad en diciembre, y el de verano, con el encendido de las hogueras de San Juan.
Además, para los más supersticiosos, en la noche más corta del año es tradición escribir en un papel las cosas de las que nos queremos desprender y quemarlo en una hoguera, para así atraer la felicidad y la buena suerte.
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