Para despedirse de su cargo como secretaria de economía, Tatiana Clouthier leyó la carta con la que presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Al borde de las lágrimas leyó el texto en el que se ayudó de alegorías beisboleras para dejar el gabinete de la cuarta transformación.
"Me parece que es importante poder dejar claro motivos etcétera y evitar sobre todo especulaciones", dijo.
En la carta asegura que seguirá apoyando desde fuera a la cuarta transformación.
Estimado presidente:
Aprovecho esta nota para agradecer la gran oportunidad que me has dado de caminar contigo a favor de la cuarta transformación.
Si hago un símil con el beisbol, me tocó ser invitada a jugar en las ligas mayores conocer el país, representarlo, jugar en distintas posiciones sudando la camiseta al mil y nunca dejando de hacer lo que me correspondía con tal de meter una carrera a favor de México.
La misma dinámica ha sido en las 57 entradas que me tocó jugar al lado del liderazgo tuyo desde la campaña y ahora como presidente de este hermoso país. No obstante, uno debe saber cómo en el juego, cuando retirarse, estoy segura que no hay posición menos importante que otra pues hasta en el público y la porra uno tiene un papel fundamental para animar a los jugadores.
Como lo platicamos desde el 26 de julio y lo reiteré el 9 de septiembre, mi oportunidad de sumarle al equipo está agotada, me paso a la porra desde donde seguiré con ánimo al equipo, o como seguimos desde el espacio común a ser una más que trabaja por la patria ya que la revolución de las conciencias no permite dejar de involucrarnos en el quehacer del país.
Quisiera decir mucho más, sin embargo, lo único que sale de mi boca y de mi corazón es gracias.
Gracias una ocasión más por enseñarme a apreciar la diferencia como un espacio de respeto de diálogo, de crecimiento y por dejar poner mis capacidades al servicio de la patria y sobre todo por mostrarme que cuando de servir se trata no hay cansancio enfermedad o barrera que no se pueda superar.
Esta semana me tocó levantarme tres días a la mañanera y ya no podía y tú tienes ya mucho tiempo aquí haciéndolo.
Me voy con la mano tendida, la puerta de mi casa siempre abierta y el corazón mío y de Yori receptivo para ti y para Beatriz.
cog