El país esperaba lluvias torrenciales o posibles desastres naturales cuando se advirtió la presencia de la tormenta tropical Alberto, sin embargo, hasta el momento no ha causado consecuencias catastróficas, por lo que las personas se preguntan, qué causa que unas tormentas sean más potentes que otras.
Un ciclón tropical es un fenómeno meteorológico complejo que se origina sobre los océanos tropicales y puede evolucionar hasta convertirse en un huracán.
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¿Cómo se originan las tormentas tropicales?
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), un ciclón tropical es un gigantesco remolino que cubre cientos de miles de kilómetros cuadrados. Su formación se favorece cuando la temperatura superficial del agua supera los 26° C y existe una zona de baja presión atmosférica.
Bajo estas condiciones, los vientos convergen hacia esta área, incrementando el ascenso del aire caliente y húmedo, que a su vez libera vapor de agua.
El proceso de condensación del vapor de agua libera calor latente, el cual es la fuente de energía del ciclón. El movimiento ascendente del aire se intensifica, aumentando la entrada de aire en niveles más bajos y su salida en niveles superiores.
Por la influencia de la rotación terrestre, el aire comienza a girar en espiral, formando el característico remolino ciclónico.
Etapas de desarrollo de un Ciclón Tropical
- Perturbación Tropical: Se inicia con una zona de inestabilidad atmosférica asociada a un área de baja presión, generando vientos convergentes que derivan en una depresión tropical.
- Depresión Tropical: Los vientos en la superficie se incrementan debido a la baja presión, alcanzando velocidades sostenidas de hasta 62 km/h.
- Tormenta Tropical: Los vientos continúan incrementándose, alcanzando velocidades sostenidas entre 63 y 118 km/h. En esta etapa, el ciclón adquiere una estructura nubosa en espiral y recibe un nombre preestablecido por la Organización Meteorológica Mundial.
- Huracán: Cuando los vientos máximos sostenidos superan los 119 km/h, el ciclón se clasifica como huracán. Estos sistemas pueden tener un diámetro nuboso entre 500 y 900 km, produciendo lluvias intensas y fuertes vientos. El ojo del huracán, una región de calma relativa, puede tener entre 24 y 40 km de diámetro, aunque en casos extremos puede alcanzar hasta 100 km.
¿Qué causa las tormentas severas?
Más allá de los ciclones tropicales, las tormentas severas son otro fenómeno meteorológico notable, formado principalmente a partir de la convección. Este proceso se intensifica especialmente después de un día caluroso, cuando el calor acumulado en la atmósfera facilita el ascenso del aire caliente y húmedo. Este tipo de tormentas puede causar daños significativos, incluyendo pérdidas materiales y humanas.
Las tormentas severas pueden provocar lluvias intensas, tormentas eléctricas, granizadas, tornados y vientos fuertes. Un fenómeno particular asociado con estas tormentas es el Downburst o chaparrón, que es un descenso repentino de viento, lluvia y granizo que se expande horizontalmente al tocar el suelo.
¿Qué determina la intensidad de una tormenta?
La intensidad de una tormenta está determinada por varios factores, entre los cuales destacan:
- Temperatura del Agua y del Aire: Temperaturas elevadas en la superficie del océano y en la atmósfera proporcionan la energía necesaria para el desarrollo y fortalecimiento de las tormentas.
- Presión Atmosférica: Zonas de baja presión facilitan la convergencia de vientos y el ascenso del aire caliente y húmedo, condiciones esenciales para la formación de tormentas intensas.
- Humedad: La presencia de aire húmedo es crucial, ya que el proceso de condensación libera el calor latente necesario para alimentar la tormenta.
- Fuerza de Coriolis: La rotación de la Tierra influye en el movimiento espiral del aire, contribuyendo a la formación de ciclones y huracanes.
La intensidad de las tormentas está fuertemente influenciada por las condiciones oceánicas y atmosféricas, incluyendo la temperatura del agua, la presión atmosférica y la humedad. Comprender estos factores es importante para predecir y prepararse adecuadamente ante estos fenómenos naturales, que pueden tener impactos devastadores.
ERV