Qué está pasando con los transportistas de Acapulco y por qué hay videos donde son torturados

Grupos del crimen organizado en Guerrero tomaron el control del transporte público, cuyos trabajadores deben de cumplir con ciertas actividades o son torturados como consecuencia.

Los transportistas en Guerrero han sido atacados y torturados si no cumplen con ciertas actividades ilegales / Margarita Salmoran
Ciudad de México. /

Rolando es checador que gana unos 6 mil pesos mensuales en una compañía de taxis ubicada en la zona de la Caleta, en Acapulco, Guerrero. Hace semanas, fue agredido por miembros del cártel de Los Rusos, quienes le dejaron varios huesos rotos (un codo, un pómulo, una muñeca y un dedo), así como dos fracturas.

“Estuve casi tres semanas sin trabajar, tirado en la cama por el dolor”, explicó Rolando, quien fue golpeado a puñetazos y con un palo, el cual fue llamado por los criminales como la tabla domadora, pues “hasta los más leones se amasan” con él.

Tras viralizarse videos donde se ve a checadores de transporte público siendo golpeados por miembros del crimen organizado, cuatro víctimas accedieron a contarle a TELEDIARIO cómo es sobrevivir en su oficio durante los últimos meses, manteniendo su anonimato.

Checadores de transporte público son obligados a ser halcones del crimen

El estado de Guerrero se encuentra en una crisis de seguridad pública, que ocasionó que la Iglesia tenga que negociar treguas con el crimen organizado para que camiones, combis y taxis vuelvan a circular por las calles y este servicio regrese a la normalidad.

Sin embargo, los checadores de Chilpancingo y Acapulco coincidieron que, contrario a lo que se piensa afuera de Guerrero, los miembros del transporte público no sólo son amenazados y golpeados por errores cometidos siendo “halcones forzados”, sino que hay un amplio catálogo de acciones a las que están obligados, según los reglamentos del crimen organizado.

“Me dieron porque no avisé a tiempo que había militares en la zona. Les dije que fue porque mi teléfono es viejo y no tiene para WhatsApp. Se los enseñé, no me alcanza para un buen teléfono, pero ni así”.
El crimen en Guerrero ha sido constante en los últimos tiempos / Cuartoscuro.

¿Qué les hacen a los trabajadores del transporte público en Guerrero?

Según Rolando, los videos que se viralizaron por la tortura en contra de los checadores del transporte público no demuestran todo lo que los miembros de la delincuencia organizada cometen en su contra, pues también son golpeados con llaves de cruz o reciben descargas eléctricas con cables para pasar corriente.

“Todo eso lo graban y lo mandan a otros compañeros para que sepan que van en serio. Esos videos de golpizas que andan circulando en internet no los suelta la maña. Los sacan los propios compañeros como un grito de auxilio al país: para que entiendan que acá en Guerrero estamos totalmente indefensos”.

Cártel Independiente de Acapulco extorsiona y tortura transportistas en Acapulco

Misael es checador de una base de la colonia popular Emiliano Zapata, donde un jefe del Cártel Independiente de Acapulco le dejó caer en los pies un bote con cemento, fracturándole dos dedos, lo que le impidió caminar por enero y febrero. Su error fue presentarse a trabajar con chanclas, calzado común en el municipio costero.

“Ya ni eso te permiten, porque te revisan hasta el uniforme. Según ellos, una vez que te cobran, ya eres de su ‘empresa’ y los huaraches no están bien vistos porque ‘son de indio’. Te obligan a traer tenis o zapatos por si hay que salir a bloquear la carretera por uno de ellos. Dicen que hay que estar listos siempre, como sus soldaditos”, se quejó Misael.

El Cártel de Acapulco también impone entre los trabajadores del transporte público su código de comportamientos para los checadores, que también trabajan para ellos como vigilantes y bloqueadores de caminos, por lo que no pueden consumir drogas o alcohol, así como comer en soledad.

Además, si algún trabajador falta por una enfermedad, ésta debe de ser considerada grave como un jefe de plaza y respaldada por un comprobante médico oficial.

En caso de no cumplir con lo anterior, los transportistas pueden ocasionar un hueso roto o hasta el asesinato.

Según un informe elaborado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en 2023, hay 16 organizaciones del crimen organizado con presencia en el estado de Guerrero, incluyendo a Los Tlacos, Los Ardillos , La Nueva Familia Michoacana, el Cártel Jalisco Nueva Generación y otros.

“Se volvió de vida o muerte”, aseguran transportistas en Guerrero

En Chilpancingo, Jaime está bajo las órdenes de Los Ardillos, grupo criminal liderado por el clan Ortega Jiménez.

“Yo, por ejemplo, soy de los transportistas del llamado Circuito Azul. Y ahí yo reporto a cada pollo (migrante). Si la cuenta no corresponde con lo que tiene otro checador al final de la ruta, le dan una golpiza al chofer porque creen que se está quedando el dinero del ‘pollo’ o me torturan a mí por contar mal. Esto se volvió de vida o muerte”.

Jaime destacó que las tortugas y humillaciones son grabadas y el clip es compartido con amigos y familia de los transportistas, acción que le duele a los trabajadores.

“Te graban y te humillan frente a todos. Le mandan tu video a tus compañeros, a tu esposa, tus hijos. Eso es lo que más me duele. La cabeza como sea, pero que mis hijos hayan visto cómo me hablaban, cómo me hacían que bajara las manos para que me pegaran a gusto, los insultos… eso duele más que cualquier golpe”.

Transportistas también son obligados a acosar a activistas y periodistas

Rigoberto, checador en un lugar de Chilpancingo que está bajo control de Los Tlacos explicó que, además de ser bloqueador de calles y vendedor de drogas, el cártel que engendró la autodenominada Policía Comunitaria General Heliodoro Castillo lo obliga a ser acosador de desplazados por la violencia, líderes ambientalistas, periodistas y sacerdotes.

“Si veo uno, aviso. Y si sospecho, aviso también. Y me pesa, ¡cómo no! Sí, yo sé que hay gente inocente a la que le estoy aventando a los malos, pero no me dejan de otra”.

Los cuatro —Rolando, Misael, Jaime y Rigoberto— son parte de un esquema particular de pagos y castigos que han implementado los grupos criminales en Guerrero.

Según la Canaco-Servytur en Acapulco, después de ser reclutados forzosamente, todos reciben un bono que va entre los 2 y 4 mil pesos por un trabajo bien hecho y para garantizar su lealtad con los jefes.

A veces se les paga puntualmente en el último día del mes, pero a veces el efectivo escasea y los pagos pueden retrasarse hasta tres meses y sin derecho a quejarse. Lo que nunca se retrasa es la tortura: esa llega puntual cada vez que un checador desesperado comete un error, a veces tan simple como llevar el calzado equivocado.


​KT

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