Yo te amo, yo tampoco

Roberto López

Cinefilia

México /

Dos comedias románticas que fingen no serlo, con dos personajes femeninos poderosos que subvierten la fórmula chico-buscachica, hasta dinamitarla y voltear la narrativa de que en una película de acción el héroe siempre es el chico guapo (“Tornados”) o de que el galán es el que siempre toma la iniciativa (“La otra cara de la luna”) son los dos grandes estrenos de este fin de semana.


Bajo la fachada del subgénero de cine “de desastres”, llega esta versión actualizada del clásico de 1996 (“Twister”) cuya escena de la vaca girando a cientos de kilómetros por hora se volvió una referencia visual a la hora de hablar de fenómenos meteorológicos. Digo fachada, porque en realidad se trata de una poderosa comedia romántica en la que no hay un solo beso entre la pareja protagónica, mucho menos una escena de cama.

Todo se resuelve inteligentemente con las miradas intensas, pero sobre todo las frases de doble sentido, no necesariamente vulgares, que se lanzan durante toda la película Daisy Edgar-Jones y Glen Powell (que, donde se me descuiden, por cierto, puede convertirse en el Harrison Ford de este segundo cuarto de siglo).

Y de fondo, los tornados. Estos fenómenos naturales cada vez más presentes en el cotidiano del público estadunidense, por su fuerza y frecuencia debido al cambio climático, y en el imaginario mundial por las noticias globales. Sobra decir que a México la película llega con un timing impresionante, luego de que las redes sociales nos convirtieron durante unos días en expertos meteorólogos debido al huracán Beryl.

Más allá del estándar de una película palomera, el filme destaca por un guión sólido, con personajes que arrastran traumas, culpas y duelos no superados, es decir, tienen profundidad; por la eficacia en la dirección de Lee Isaac Chung que nos receta dos horas de adrenalina pura; y por sus efectos especiales que se benefician de los avances tecnológicos en la materia, y en los conocimientos científicos acumulados sobre los tornados durante los 28 años que han pasado entre una y otra cinta.

Pero sobre todo, en que la película refleja los tiempos actuales, donde una chica guapa no solo espera al príncipe azul que la va a salvar, sino que es la científica universitaria brillante que tiene la solución al problema y que se convierte en la heroína de la historia.

“Twisters” es una agradable y disfrutable bocanada de aire fresco al cine de evasión.


A medio camino entre la típica comedia romántica de la pareja que toda la película se lleva mal pero que termina súper enamorada, y un thriller conspiranóico tirando a ciencia ficción, “La otra cara de la luna” termina siendo una buena película palomera a la que le falta “algo” para terminar de redondear una gran premisa.

Año 1969, la carrera espacial entra a su recta final con la obsesión estadunidense de cumplir el reto que lanzó John F. Kennedy de que “antes de que terminara la década de los 60”, pondrían a un ser humano en la luna. Pero la NASA lo pasa mal; el proyecto Apolo XI apenas si tiene presupuesto y cada vez más legisladores le retiran su apoyo. La agencia espacial echa mano entonces de una renombrada publirrelacionista neoyorquina para relanzar la imagen del proyecto. Literalmente: “vender” la luna a la audiencia.

Rápidamente, la publicista (encantadora, Scarlet Johansson) echa manos a la obra y entra en choque directo con un frustrado pero disciplinado astronauta (cumplidor, Channing Tatum), jefe de la misión. Este contrapunto será el motor de la película.

En paralelo, se cocina otra historia, cuando Washington decide no arriesgarse a fracasar en el lanzamiento del Apolo XI y le ordena a la mujer filmar desde un estudio, el descenso del módulo lunar y la consiguiente caminata de los astronautas sobre la superficie del satélite terrestre. Así, si la misión falla, el público de todo el mundo verá en la televisión cómo los gringos ganan y coronan la carrera espacial. La película coquetea incluso con chistes sobre el mito urbano de que en realidad la Humanidad nunca llegó a la Luna y que los registros que existen son una película que filmó Stanley Kubrick.

Lo relevante de la película es que pone en el centro a una mujer adelantada a su tiempo, o acorde a los renovadores tiempos de la década sesentera: una mujer joven, talentosa, profesionista destacada y que toma la iniciativa en la parte romántica. Punto para la peli, que la coloca un grado arriba a la comedia romántica convencional.


Emotivo drama del director sueco Levan Akin, sobre una maestra retirada que viaja a Turquía, en busca de su sobrina transgénero, de quien la familia no sabe nada desde hace muchos años atrás. Pero la profesora prometió a su hermana moribunda encontrar a su hija.

Así que la profesora emprende el difícil viaje, acompañada de un joven vecino que le ayuda como traductor. En Estambul conocerá a una abogada especializada en casos que involucran a la comunidad LGTBQ+, en especial a personas transexuales. Con ella descenderá al infierno en el que sobrevive la comunidad, entre la marginación y la discriminación.



Documental mexicano, armado a partir de las películas caseras que filmaron los abuelos del autor, Andrés Kaiser, para contar su relación y su tiempo.



Dosis semanal de animación japonesa, otra vez sobre jovencitos superdotados para jugar al futbol soccer.


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  • Roberto López
  • Cinéfilo desde los 5 años, periodista con 37 años de ejercicio en distintas plataformas. Produce y conduce desde hace casi un cuarto de siglo, el concepto CINEFILIA. ¡Ah, y oaxaqueño!
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