Asociación con EU y compromiso de México con la clase media

Rosario Marín

Entre dos mundos

México /
FOTOARTE: Moisés Butze

Con las elecciones mexicanas concluidas y los comicios en EU, ambos países enfrentan una oportunidad comercial significativa en su recorrido para mejorar la calidad de vida de sus respectivas clases medias, que anhelan un futuro más brillante y estable.

Es esta misma circunscripción, la columna vertebral de la sociedad mexicana, la que debe ser priorizada específicamente mientras la nueva administración contempla sus políticas económicas y comerciales.

Las aspiraciones de los ciudadanos mexicanos que buscan mejores empleos, estándares de vida y comunidades robustas pueden avanzar significativamente a través de la estratégica inversión extranjera directa (IED).

Sin embargo, al considerar oportunidades de inversión extranjera en México, sería crítico priorizar asociaciones que aseguren la prosperidad y soberanía a largo plazo del país y se centren en el crecimiento compartido con socios en el hemisferio.

Me preocupa que algunas propuestas económicas existentes amenacen con desviar el enfoque económico de México hacia China a costa de su asociación crítica con Estados Unidos. Entre ellas destaca el esfuerzo por fortalecer la relación económica entre México y China.

Como ex tesorera de Estados Unidos y orgullosamente mexicana y estadunidense, con un historial de fomentar y fortalecer las relaciones económicas entre mis dos países, me siento obligada a resaltar las posibles repercusiones de tal cambio y abogar por políticas que servirán mejor a los intereses a largo plazo de México.

La IED es un motor crítico de crecimiento económico, proporcionando el capital, la tecnología y la experiencia necesarios para elevar las industrias e infraestructuras mexicanas. Al fomentar un ambiente acogedor para la IED, particularmente de nuestro vecino y mayor socio comercial, EU, México puede asegurar un camino hacia el desarrollo económico sostenido.

La clase media se beneficia enormemente con el aumento de la IED, tales inversiones crean empleos, mejoran habilidades y estimulan las economías locales. Son la base sobre la cual se construye una clase media estable y próspera.

Por el contrario, las políticas que favorecen las inversiones chinas sobre las estadounidenses podrían socavar este potencial, conduciendo a la inestabilidad económica.

Si bien involucrarse con China no es inherentemente perjudicial, un enfoque desproporcionado en la inversión china puede llevar a varios resultados adversos. Es muy conocido que las inversiones chinas a menudo vienen con condiciones, incluido el uso de mano de obra y materiales chinos, lo que puede limitar los beneficios para los trabajadores y empresas mexicanas.

Además, me preocupa que los intereses estratégicos de China no siempre se alineen con los objetivos a largo plazo de México, lo que puede llevar a escenarios donde los beneficios a corto plazo se vean superados por las dependencias y vulnerabilidades a largo plazo.

Las inversiones estadunidenses, por otro lado, son más propensas a integrarse con nuestras economías locales, proporcionando oportunidades para que tanto los trabajadores como las empresas mexicanas prosperen.

Además, EU y México comparten una profunda interdependencia económica, reforzada por el tratado entre Mexico, EU y Canada (T-MEC), el cual asegura que el comercio y la inversión sean mutuamente beneficiosos. Fortalecer esta relación debe ser una prioridad, ya que se alinea con las aspiraciones de la clase media mexicana de mejores empleos y estabilidad económica.

Un área importante donde el T-MEC y la relación comercial EU-México pueden enfrentar desafíos significativos es en el sector de vehículos eléctricos (VE). Desarrollar la manufactura y adopción de VE en México es crucial para avanzar en los objetivos ambientales y económicos de México.

Sin embargo, los intentos de China de transformar a México en un centro de manufactura de VE en el extranjero representan una amenaza directa para estos objetivos. El historial de China de usar subsidios estatales, prácticas comerciales desleales y trabajo forzado para impulsar su industria de VE indica que utilizará todas las herramientas disponibles, legales o de otra índole, para dominar los mercados de VE, incluidos los de México.

México debe priorizar iniciativas que promuevan prácticas comerciales transparentes, mantengan altos estándares laborales y fomenten el uso de materiales sostenibles y estos sean obtenidos éticamente. Tales medidas estratégicas no solo apoyarán las ambiciones de México de ser un líder responsable en el mercado global de VE, sino que también asegurarán la integridad y competitividad de nuestra relación comercial con EU, fomentando la resiliencia económica a largo plazo contra presiones externas.

Hasta ahora, los trabajadores de clase media han tenido acceso a empleos bien remunerados y oportunidades de avance profesional. Estos son los beneficios claros de atraer inversión extranjera de EU debido a nuestros acuerdos comerciales. Tengo la esperanza de que no solo continuarán estas tendencias, sino que aumentarán con una mayor IED estadunidense.

Las políticas enfocadas en la clase media fomentan un sentido de seguridad y optimismo, ven a sus comunidades prosperar, a sus hijos recibir una educación de calidad y también un futuro más brillante.

México puede solidificar su lugar como una nación dinámica y próspera al priorizar políticas que atraigan inversión extranjera directa de Estados Unidos, de crecimiento económico, desarrollo comunitario y empoderamiento de la clase media.


  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
LAS MÁS VISTAS