LOS CANDIDATOS SIGUEN CON LAS MISMAS COSTUMBRES.- Los candidatos a diputados locales, federales, así como a senadores, presidentes municipales, gubernaturas y Presidencia de la República, no paran de hablar, no paran de seguir con las mismas promesas cada tres o seis años, pero además, algo que debe de preocupar son los exorbitantes gastos que hacen, todo el dinero que “invierten” en publicidad.
Es para no creer ver el dispendio que llevan a cabo los candidatos del dinero de los mexicanos, ya que ellos felices entregan llaveros, camisetas, volantes, cachuchas y todo lo que invierten en espectaculares, en pega de calcomanías, sin olvidar todos los billetes que están invirtiendo en las redes sociales.
Algunos de los que aspiran a ganar el próximo 2 de junio, saben que el dinero que les asignaron para sus campañas lo tienen que gastar, pero deben demostrar en qué lo gastaron, ya que es muy fácil que desaparezca de sus manos y por arte de magia aparezca en las manos de los liderazgos.
Quienes tienen reales posibilidades de ganar, son los que más dinero gastan, pero aquellos que representan a organismos políticos que no tienen ninguna oportunidad de poder llevarse la victoria, no se entiende el porqué les dan dinero y se les puede ver haciendo campañas que dejan mucho que desear. Solamente le pagan a cuatro cinco personas para que hagan bulto para las fotos y se dedican a darle la vuelta a la cuadra, saludar a uno que otro vecino y así todos contentos.
Algo que preocupa es que los candidatos de los diferentes partidos a los distintos cargos de elección popular, siguen sin cambiar sus mensajes, continúan con las mismas propuestas.
Los abanderados de los mismos partidos ya no saben que decirles a los ciudadanos en su búsqueda de ganar militantes, que lo que promete un abanderado de cualquier organismo político, el otro lo repite.
Ya los habitantes no solamente de los municipios, de los estados o de todo el país, saben como se las gastan quienes contienden por los cargos públicos, por lo que les siguen la corriente y si hay algo de por medio, les prometen que el próximo 2 de junio votarán por tal o cual candidato o partido.
Y es que es muy común, una práctica muy recurrente, a ofrecer desde despensas, unas bien surtidas, así como uno que otro sobre amarillo, por las credenciales de elector, buscando así asegurar los votos suficientes para llevarse el triunfo. El prometer no empobrece y el gastar mucho dinero podría al final darles mucho más a los triunfadores.
Walter.juarez@milenio.com
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