El popular club de Chicago arrastraba un historial nada envidiable, tras sufrir múltiples fracasos tanto en temporadas regulares como en los playoffs, situación que por fin pudo romper en este 2016, con la conquista del título, tercero en su larga historia.
Chicago terminó la temporada regular 2016 como el mejor equipo de todas las Ligas Mayores, al sumar un récord de 103 partidos ganados por 58 perdidos, para ser el único que pudo superar la marca de los 100 éxitos, que lo pusieron como máximo favorito.
Ya con el banderín 2016 de la División Central de la Liga Nacional en su poder, Cachorros se enfiló a la fase de la postemporada, con la obligación de lograr el mejor papel posible y así romper con esta larga sequía de títulos, y de paso, con una "maldición".
Instalado ya como el mejor conjunto, Cachorros sólo esperaba conocer el nombre de su rival para jugar la primera Serie Divisional del viejo circuito y así enfilarse al ansiado "Clásico de Otoño".
Gigantes de San Francisco resultó el primer rival para Cachorros, luego que el cuadro de la Bahía californiana barrió en tres partidos a Mets de Nueva York en el partido de "comodín" de la Liga Nacional.
Sin casi despeinarse, Chicago eliminó a San Francisco por 3-1, para ganar la Serie Divisional del viejo circuito e instalarse ya en la Serie de Campeonato, a sólo un paso de su objetivo central, la Serie Mundial 2016.
En la disputa por el gallardete 2016 de la Nacional, Cachorros tuvo que enfrentar a un viejo conocido, Dodgers de Los Ángeles, que avanzó a esta instancia, tras eliminar 3-2 a Nacionales de Washington.
Con la etiqueta y la alta "presión" de ser considerado como máximo favorito, Chicago sufrió de más durante seis difíciles partidos para poder vencer por 4-2 a Dodgers, y así ganarse el derecho de forma justa, de pelear por la Serie Mundial 2016.
El enemigo a vencer en el "Clásico de Otoño" 2016, fue Indios de Cleveland, otro popular conjunto que también arrastraba una sequía de 68 largos años sin poder lograr un título, tras el obtenido en 1948.
Cleveland llegó a la Serie Mundial, luego de limpiar por 3-0 a Medias Rojas de Boston y al dominicano David "Big Papi" Ortiz, quien marcó su adiós del beisbol, en la Serie Divisional de la Liga Americana,
Posteriormente, en la Serie de Campeonato del joven circuito, la "tribu" despachó 4-1 al sorpresivo Azulejos de Toronto, que venía muy enrrachado, tras ganar a Orioles de Baltimore en el duelo de "comodín" y a Rangers de Texas en el primer playoff.
De esta forma, Cachorros e Indios, que entre ambos conjuntaron una larga sequía de 176 años sin poder ganar una Serie Mundial, se enfrentaron del 25 de octubre al 2 de noviembre, en busca de alzar la ansiada corona del mejor beisbol del planeta.
Indios pegó primero con una blanqueada de 6-0, sin embargo, Cachorros se repuso de inmediato con un triunfo de 5-1, ambos partidos disputados en el Progressive Field de la ciudad de Cleveland.
El tercero y cuarto partidos fueron para la "tribu", con marcadores de 1-0 y 7-2, ambos en el Wrigley Field, que volvía a sentir los mismos temores de los últimos 108 años, tras ver a su equipo abajo por 3-1 y a un juego de perder el duelo.
Sin embargo, la "maldición de la cabra" ni la "tribu" de Cleveland, pudieron detener a la potente maquinaría de Chicago, que logró un regreso increíble para ganar los tres siguientes encuentros y llevarse la corona a sus añejas e históricas vitrinas.
Chicago venció por 3-2 en el quinto partido en su propio terreno, y así obligó a la realización del sexto encuentro ya en casa de la "tribu", donde lograría la hazaña de coronarse campeón de la Serie Mundial como visitante.
Luego de ganar 9-3 el sexto partido y empatar en 3-3 la Serie Mundial, Chicago definió su conquista el 2 de noviembre, tras vencer, en un dramático partido de 10 entradas, a Cleveland por 8-7 y convertirse en el nuevo campeón ya sin "maldición" de por medio.
El ganador de este séptimo y último juego fue el relevista cubano Aroldis Chapman, quien tuvo el apoyo en el rescate de Mike Montgomery. El perdedor fue Brian Shaw.
Ben Zobrist fue elegido al final como el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial 2016, tras ser el líder en más hits conectados, con 10, y fue el autor de la carrera de la ventaja y del título para Chicago en la décima entrada del último encuentro.