Un hombre asesinó a una mujer a disparos mientras estaba fingiendo que era un repartidor entregando un ramo de flores para poder ingresar hasta una vivienda en la calle Guamúchil, al cruce de Chirimoya, en la colonia Las Huertas, del municipio de San Pedro Tlaquepaque.
Este modus operando es cada vez más común entre los delincuentes que pretenden repartir algún regalo o arreglo floral para encarar a su víctima y asesinarla, justo como pasó con este hecho durante la noche del 8 de enero.
Los habitantes del domicilio le mencionaron al sujeto que la mujer, de 49 años, no se encontraba en ese momento, por lo que el hombre, que llegó en motocicleta, se alejó, pero a los pocos minutos, la mujer llegó a bordo de una camioneta y fue cuando el agresor volvió para abordarla y le disparó directamente.
Además de la mujer baleada, un hombre de 59 años también recibió un disparo en el tórax, sin embargo, continúa con vida. El atacante escapó y la mujer murió en el lugar, mientras que el lesionado fue trasladado en una ambulancia para recibir atención médica.
Los policías de Tlaquepaque resguardaron la escena del crimen y la Fiscalía de Jalisco abrió la tercera carpeta bajo el protocolo de feminicidio en el estado en lo que va de 2025.
Hasta el momento se desconoce el motivo por el cual la mujer fue asesinada por el hombre, sin embargo, las autoridades están realizando investigaciones para localizarlo y detenerlo para que enfrente la justicia.
Modus operandi de repartidor
Utilizar el disfraz de un repartidor, un rol comúnmente asociado con actos positivos o incluso festivos, para acercarse a una víctima, genera una falsa sensación de seguridad y confianza. Esto hace que la persona sea más vulnerable y menos sospechosa de una amenaza inminente, lo que facilita que el agresor pueda actuar con menos resistencia.
Existen varios aspectos alarmantes de este modus operandi:
1. Engaño psicológico: al hacerse pasar por una figura de confianza, el agresor manipula psicológicamente a la víctima, desarmándola emocionalmente. Aprovechamiento de rutinas cotidianas: Los repartidores de flores o regalos son una parte integral de las rutinas sociales, especialmente en ocasiones especiales.
2. Elementos de vulnerabilidad: las personas que reciben flores o regalos suelen estar en un estado emocional vulnerable o positivo, ya que suelen estar relacionadas con celebraciones o momentos sentimentales.
3. Preocupaciones de seguridad y confianza: este tipo de ataques puede generar una sensación de desconfianza generalizada. Las personas comienzan a cuestionar a cualquier persona que se presente de forma inocente o profesional, lo que afecta la percepción de seguridad en la comunidad.
AA