Entre aplausos, porras y música de mariachi, los familiares, amigos, colegas y vecinos de los tres policías abatidos durante una emboscada en Huixcolotla fueron sepultados en el Triángulo Rojo, sitio donde los homenajes para estos oficiales solo tuvieron un momento de silencio para exigir justicia.
El pasado 2 de noviembre un caso de violencia fue capaz de marcar a la zona del Triángulo Rojo de Puebla, un sitio habituado a la violencia que se conmovió con el atroz asesinato de tres agentes municipales de Huixcolotla, todos abatidos en una emboscada.
Las víctimas fueron una comandanta y un oficial originarios de Palmarito Tochapan, Quecholac, y otro más de Tecamachalco, todos pertenecientes a una de las áreas más afectadas por el crimen organizado, el huachicol y robo a transporte de carga.
Inmersos en estas comunidades, el dolor que no fue notorio en Huixcolotla se acumuló en Palmarito Tochapan, donde las familias de Yusami Monterrosas y Arturo Jiménez hicieron un recorrido desde sus hogares hasta la parroquia de la comunidad, y posteriormente hacia el panteón del Camino a Juárez.
Mientras tanto, de manera simultánea el agente Roberto Pérez Trinidad fue llevado al camposanto en Tecamachalco, siendo ambos puntos el escenario de tristeza, reconocimiento y exigencias de justicia.
Mariachi, gritos de justicia y casi un centenar de personas despidieron a policías abatidos
Durante el recorrido de la comandante Monterrosas y el oficial Jiménez personas ajenas al cotejo fúnebre no dudaron en dar aplausos, porras e incluso lanzar confeti o flores al paso de los dolientes
Ambos oficiales fueron llevados de manera simultánea por las calles hasta el cementerio, mientras que dos grupos de mariachis amenizaron cada momento.
Las coronas de flores y fotografías de los hoy occisos fueron seguidos por los féretros de ambos oficiales, así como de al menos 80 personas, entre familiares, amigos y colegas.
En el acceso al panteón los presentes aplaudieron y pasaron lista para los agentes abatidos, mientras que una bandera que cubría cada féretro fue entregado a la esposa de Arturo y al padre de Yusami.
De a poco, los ciudadanos entre lágrimas despidieron a los oficiales. Con puños de tierra y exigencias de justicia los familiares cerraron las tumbas de aquellos a quienes se les rindió homenaje por su entrega a la ciudadanía, su valentía y el valor que pusieron a su profesión hasta el último día.
Fue así como se cerró el capítulo del proceso fúnebre, mientras que las investigaciones en Puebla continúan vigentes en búsqueda de los cerca de siete sicarios que presuntamente pertenecen a La Barredora y que arrebataron la vida a las víctimas en cuestión.
EG