Durante la mañana de este lunes fue localizado sin vida Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán y figura reconocida dentro del sector agrícola michoacano.
Su cuerpo, con visibles huellas de violencia, fue encontrado al interior de una camioneta sobre la carretera Apatzingán – Presa del Rosario, a la altura de la localidad de La Tinaja, confirmaron autoridades estatales.
El hallazgo fue reportado por pobladores que transitaban por la zona y que alertaron a las corporaciones de seguridad, las cuales se trasladaron de inmediato al lugar. Al arribar, confirmaron la presencia del vehículo y el cuerpo del dirigente limonero.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado (FGE), la víctima se encontraba a bordo de su camioneta, la cual presentaba impactos de arma de fuego.
La dependencia informó que se ha iniciado la carpeta de investigación correspondiente para esclarecer el homicidio.
¿Qué amenazas había sufrido Bernardo Bravo anteriormente?
Bernardo Bravo había cobrado notoriedad en los últimos años por su defensa de los productores de limón y su denuncia constante de las extorsiones impuestas por grupos del crimen organizado que operan en la región de Tierra Caliente.
En diversas ocasiones, el dirigente advirtió públicamente sobre los cobros ilegales que los delincuentes exigían a los agricultores por cada tonelada comercializada.
Estas denuncias le valieron amenazas directas, motivo por el cual contaba con seguridad personal y se desplazaba en una camioneta blindada.
En los momentos más críticos de violencia, incluso llegó a radicar por temporadas en Morelia para proteger su integridad y la de su familia.
En semanas recientes, Bravo participó activamente en las movilizaciones de productores del Valle de Apatzingán, quienes exigían mejores precios para el limón y una regulación en los días de corte para evitar la sobreproducción que, según argumentaban, estaba afectando gravemente la economía local.
El homicidio ha generado consternación entre el gremio agrícola y en el ámbito político de Michoacán, donde Bernardo Bravo era reconocido por su compromiso con el desarrollo agrícola regional.
Diversos líderes campesinos y autoridades estatales han expresado su indignación y exigido justicia ante lo que califican como un ataque directo contra la organización productiva del campo.
En el plano personal, Bravo estaba casado con Amelí Gissel Navarro Lepe, actual presidenta del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán, lo que añade una dimensión institucional y política al caso.
La Fiscalía General del Estado mantiene bajo reserva los avances de la investigación, mientras peritos y agentes ministeriales continúan recabando indicios en el lugar del hallazgo y analizan posibles líneas de investigación relacionadas con su actividad gremial.
La muerte de Bernardo Bravo se suma a una serie de hechos violentos que en los últimos años han afectado a líderes agrícolas y representantes sociales en Michoacán, un estado donde el control territorial y económico de los grupos delictivos sigue poniendo en riesgo la vida de quienes defienden la producción local y la economía rural.
AM