“Me tiran al piso y me empiezan a patear”: Madre buscadora es atacada y obligada a irse de Jalisco

Beatriz había llegado desde Veracruz a Jalisco luego de que su hijo, Sebastián Menéndez, desapareciera en la terminal de Tlaquepaque.

Beatriz Uscanga fue atacada cuando regresaba sola de misa en el centro de Guadalajara | Josefina Ruiz
Guadalajara, Jalisco /

Ni el miedo, ni los golpes, ni el desplazamiento forzado han logrado silenciar a Beatriz Uscanga. Aunque tuvo que salir de Jalisco para salvar su vida, la búsqueda de su hijo, Sebastián Menéndez Hernández, continúa todos los días.

Sebastián desapareció el 4 de septiembre de 2025 en la Nueva Central Camionera de Tlaquepaque, un punto que se ha convertido en un foco de denuncias por desapariciones y hechos delictivos en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

“Quizás me sacaron, quizás me lograron sacar de Jalisco, pero no van a lograr que yo deje de buscar a mi hijo”, expresó Beatriz.

Beatriz viajó desde Veracruz a Jalisco luego de enfrentar retrasos y obstáculos para denunciar formalmente la desaparición de su hijo.

En Guadalajara se sumó a jornadas de búsqueda, acompañó a colectivos de familiares de personas desaparecidas y comenzó a hacer pública su exigencia de justicia. Su presencia constante, su participación activa y su voz crítica no pasaron desapercibidas.

¿Cómo fue la agresión que obligó a Beatriz a irse de Jalisco?

Las amenazas comenzaron de manera reiterada y quedaron asentadas ante la Fiscalía de Jalisco. Sin embargo, el hostigamiento escaló hasta convertirse en una agresión física directa.

El 16 de noviembre, cuando regresaba sola de misa en el centro de Guadalajara, Beatriz fue atacada por sujetos que se movilizaban en dos camionetas.

“Me interceptan por atrás las dos camionetas. No pensé que fuera para mí, pero el miedo me invadió. Caminé más rápido y cuando sentí la patada en mi columna, pero no sentí una patada con tenis, sino con una bota de casquillo. Me tiran al piso y me empiezan a patear”, relató.

El ataque le dejó secuelas físicas visibles: perdió un diente, sufrió lesiones en la espalda y arrastra un profundo impacto emocional. Durante la agresión, el mensaje fue claro: tenía que irse.

“Me dicen que tengo que irme y salir de ahí. De hecho, incluso el día en que me vine o que salí de Jalisco, las personas fueron a cuidarme hasta la central para que yo tomara el autobús”, señaló.

Hoy, Beatriz se encuentra en Veracruz, desde donde continúa la búsqueda de su hijo. Sin embargo, denuncia que, a diferencia de Jalisco, no cuenta con ningún tipo de protección.

“Yo estoy desprotegida desde el día uno que yo llegué aquí, completamente. Nadie en ningún momento, ni siquiera de la Fiscalía de aquí, me ha protegido en absoluto”, afirmó.

A pesar de ello, insiste en que su salida de Jalisco no significa una renuncia. 

“Yo desde aquí donde estoy sigo la búsqueda diario. Y yo voy a regresar, porque tengo que regresar a Jalisco”, advirtió.

En cuanto a la investigación, Beatriz señala que la carpeta por la desaparición de Sebastián sigue abierta en Jalisco, aunque sin avances alentadores.

La falta de resultados y las agresiones contra quienes buscan a sus familiares reflejan, una vez más, los riesgos que enfrentan madres y padres buscadores en México.

Para Beatriz Uscanga, la amenaza más grande no es la violencia, sino el olvido, y contra eso, asegura, seguirá luchando.

AM

  • Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
LAS MÁS VISTAS