"¿Cómo me vas a pagar?": El día que ‘montachoques’ intentaron extorsionarme en Tlalpan

Las extorsiones con montachoques cada vez son más frecuentes y hay reportes de este delito en vialidades como Circuito Bicentenario, Calzada de Tlalpan, Viaducto Miguel Alemán Periférico Adolfo López Mateos y Calzada Ignacio Zaragoza.

Los montachoques muestran actitud sospechosa antes y después del incidente / Archivo.
Ciudad de México. /

Las extorsiones de los conocidos montachoques son cada vez más recientes en la zona metropolitana del Valle de México y ningún vehículo parece estar exento de este tipo de criminales, por lo que en TELEDIARIO te presentamos un testimonio de una víctima de este tipo de ilícito.

Viajo a casa después de trabajar cerca del Centro de la Ciudad de México, son más de las 22:00 horas. Manejo un vehículo modelo 1989 que pertenece a mi abuelo Javier. Circulo sobre Tlalpan como acostumbro; sin embargo, ocurrió algo que, hasta entonces, no me había pasado nunca y hoy comparto para que quien lo lea sepa cómo actuar.

Al cruzar Río Churubusco, antes del Metro General Anaya de la Línea azul del Metro, veo en los espejos laterales dos vehículos negros: una camioneta, golpeada, con vidrios polarizados y un sedán en las mismas condiciones; pero no les presto particular atención, pues carros con esas características son normales en la capital.

Circulo a 60 kilómetros por hora. La camioneta negra me empareja y logro hacer contacto visual con el conductor y copiloto, y, de la nada, me avientan la camioneta de manera agresiva, por lo que toco el claxon.

Invaden mi carril de nuevo, así que doy un volantazo para evitar el impacto de mi lado, pero se escucha un golpe fuerte, pues al intentar evitar el contacto con la camioneta choco contra el Sedán negro o me impacta de manera intencional. Lo descubriremos más adelante.

Tras el choque, estacionamos a una calle de la entrada de la estación General Anaya del Metro, cerca de una tienda Oxxo y una Farmacia Similares, donde alcanzo a ver a dos personas; uno de ellos se baja y me pregunta: "¿cómo me vas a pagar?" A lo que respondo que tengo seguro y me haré responsable si fue mi culpa.

El conductor del Sedán negro se acerca por segunda vez y me pide que le “aclararle a su tío” cómo fue el accidente. Él me pregunta cuál es mi compañía aseguradora, mientras se muestra empático; momentos más tarde, me pregunta si todo está bien y crea confianza.

Me pongo en contacto con mi aseguradora, misma que elabora ticket para el siniestro y asigna un ajustador para el seguimiento de la situación. Me informan que tardarán entre 30 y 45 minutos. Le aviso a mi esposa que tuve un accidente, que todo está en orden y que voy a llegar tarde.

Les pido a los sujetos del Sedan que esperemos a la aseguradora, pero ellos me abordan en varias ocasiones insistentemente. En la tercera, el conductor me pide hablar de nuevo con su tío; sin embargo, su discurso cambia, pues afirma no poder esperar al seguro porque deben atender una emergencia familiar y no puede acreditar la propiedad del vehículo, por lo que me exige apoyarlo para arreglar su golpe con dinero en efectivo.

Luego de que el tío me dijera eso, noto al conductor del sedán husmeando mis pertenencias, por lo que, intentando ocultar mis nervios, accedo a pagar en efectivo y les pido me dejen llamar por teléfono. Nunca me bajo del vehículo, estoy encerrado a piedra y lodo.

De inmediato, le aviso a mi esposa para que pida una patrulla y marco al 911 para pedir ayuda. Estoy siendo víctima de unos montachoques. Le explico la situación a la oficial que me atiende, quien me pide algunos datos y seguimos el protocolo; la uniformada me asegura que el apoyo viene en camino.

Viene la cuarta intervención de los hombres del Sedan. Todas han ido subiendo la agresividad con la que me hablan. El conductor levanta la voz, trata de amedrentarme (no era necesario, a mí ya se me notaba más el temor) y me exige dinero en efectivo, por lo que le comento que ya lo pedí y viene en camino.

Sin contemplarlo, mi aseguradora llega en menos de la mitad del tiempo que me había dicho. Se estaciona, apaga su auto, abre su cajuela y enciende unas luces intermitentes potentes que alumbran un escritorio improvisado en su cajuela. Se acerca a mi auto y me pregunta qué sucede, por lo que le explico que la situación es muy rara y sospecho ser víctima de unos montachoques.

Antes de poder mediar algo con el auto “afectado”, estos arrancan y huyen de la escena del incidente. Dos minutos después, llega una patrulla con un oficial de policía para brindarnos la atención y buscar apoyar.

Parece que todo terminó, pero no es así. Charlo con el ajustador y me comenta que este tipo de extorsión es una práctica común sobre Tlalpan y que las víctimas casi siempre son dueños de “autos viejitos”, debido al estigma de que son autos que no están asegurados.

Termino los trámites con el seguro y agradezco el apoyo del policía que acudió a apoyarme. Prendo mi auto con la puerta del copiloto hecha chicharrón, el orgullo herido y la panza vacía. Hablo por teléfono para avisarle a mi esposa que voy a casa. Reviso la hora: ya son ya casi las 01:00 horas.

Antes de llegar a casa, recibo una llamada: mi ajustador alarmado preguntándome si estoy bien, ya que asegura que se encontró con los montachoques y tuvo la sensación de que me siguieron e intentó alertarme. Antes de llegar a casa tuve que volver a buscar una patrulla (que por fortuna encontré una de nuevo) y asegurarme que nadie me seguía.

Comparto mi testimonio para que nadie salga lastimado por estas actividades ilícitas y para buscar soluciones a un problema común en nuestra ciudad.

Reportes en Redes Sociales

Este tipo de extorsiones, en las que los montachoques “parece que estudian a sus víctimas al verlas distraídas”, han sido reportadas y ubicadas en redes sociales en vialidades como:

  • Circuito Bicentenario
  • Calzada de Tlalpan
  • Viaducto Miguel Alemán
  • Periférico Adolfo López Mateos
  • Calzada Ignacio Zaragoza

Recomendaciones para no ser víctima

En caso de tener un percance vial y sospecha que la otra parte involucrada actúa de forma inusual, agresiva o pide el apoyo a personas ajenas a un agente de seguros o la autoridad, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) recomienda a los automovilistas:

  • Orillar los vehículos en un lugar que no obstruya el tránsito.
  • Permanecer en calma y estar dentro del automóvil.
  • Luego de un incidente de tránsito, hacer de conocimiento al agente de seguros y proporcionarles la ubicación.
  • Si alguno de los involucrados presenta una actitud agresiva, de inmediato llamar al 911 o al 5208 9898 en la Unidad de Contacto del Secretario, o pedir apoyo a través de la cuenta de Twitter @UCS_CDMX
  • Evitar acceder a un acuerdo monetario por los posibles daños a los vehículos, sin que esté presente personal de los seguros o alguna autoridad policial.
  • Verificar que la persona autorizada por la aseguradora cuente con una identificación, uniforme y documentos legales que los acredite como parte de la empresa.

Durante la verificación de daños, revisión de pólizas y demás trámites, el interesado debe estar presente. En caso necesario, presentar su denuncia ante un agente del Ministerio Público o un Juez Cívico.

¿Qué dice la ley sobre los incidentes viales?

El artículo 46 del Reglamente de Tránsito marca que todos los vehículos motorizados deben de contar con una póliza de seguro de responsabilidad civil vigente, además de ampliar la responsabilidad civil por daños a terceros, tanto en su persona y a su patrimonio, por lo que es obligatorio contar con dicho trámite.

Si alguna de las partes no cuenta con dicho documento o no llegan a un acuerdo entre aseguradoras, los oficiales de la SSC deberán remitirlos ante un juez cívico, para la sanción administrativa o económica que corresponda.

KT


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