Un hombre originario de Honduras fue detenido por oficiales de la Policía de Monterrey, al presuntamente realizar tocamientos a una menor de 14 años, en la colonia Garza Nieto.
La detención de Edwin L., de 29 años de edad, se registró en las calles Segunda Privada y Venustiano Carranza, en el mencionado sector, cuando una mujer pidió el apoyo de los elementos.
La denunciante de 39 años y también originaria del mismo país, informó a los policías que el vecino de enfrente donde rentan cuartos, ingresó a la casa y le tocó sus partes íntimas a su hija, ante el señalamiento de la mujer, el hombre fue detenido y quedó a disposición del Ministerio Público.
¿Qué implica el delito de abuso?
El delito de abuso puede abarcar una variedad de conductas ilegales, todas ellas caracterizadas por el uso indebido o excesivo de poder, confianza, autoridad o influencia para causar daño o explotar a otra persona. A continuación, se presentan algunas de las formas más comunes de abuso y sus implicaciones:
Abuso físico:
Implica el uso de la fuerza física que causa daño corporal, dolor o lesiones a la víctima.
Puede incluir golpear, empujar, patear, estrangular, entre otros actos violentos.
Abuso sexual:
Implica cualquier acto sexual no consentido, coacción sexual, o explotación sexual de una persona.
Incluye violación, acoso sexual, abuso sexual infantil, y cualquier forma de contacto sexual no consensuado.
Abuso psicológico o emocional:
Implica conductas que causan daño emocional o mental a la víctima, como insultos, amenazas, humillaciones, manipulación, y control coercitivo.
Puede ser menos visible que el abuso físico, pero sus efectos pueden ser igualmente devastadores.
Abuso económico o financiero:
Implica el control indebido o explotación de los recursos financieros de la víctima.
Incluye robar dinero, impedir que la víctima trabaje, controlar el acceso a dinero o bienes, y realizar transacciones financieras sin el consentimiento de la víctima.
Abuso de poder o autoridad:
Implica el uso indebido de una posición de autoridad para coaccionar, manipular o explotar a otras personas.
Es común en entornos laborales, educativos, y en instituciones donde hay una clara jerarquía de poder.
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