Un menor de edad asesinado y tres adolescentes heridos de bala fue el saldo de un ataque en un puesto de tacos, en la colonia Topo Chico, en la zona norte de Monterrey.
La agresión se registró en la banqueta de un domicilio ubicado sobre la calle Benítez en su cruce con Santa Catarina, en donde se adecuó un techo de lámina para la venta de tacos, propiedad de la abuelita de dos de los lesionados.
Una fuente informó que el fallecido tendría 17 años, quien recibió un impacto en la espalda, y quedó sin vida en la banqueta del sitio.
Paramédicos de Cruz Roja trasladaron a dos lesionados y un tercero fue llevado a un hospital a bordo de un auto particular.
¿Qué hacer durante un ataque a balazos?
Busca refugio: Inmediatamente busca cobertura detrás de algo sólido que pueda protegerte de las balas, como un muro de concreto, un vehículo, o muebles pesados. Evita esconderte detrás de objetos frágiles o delgados que no ofrezcan protección adecuada.
Mantén un perfil bajo: Si no puedes encontrar un refugio adecuado, intenta acostarte en el suelo y mantente lo más pegado al suelo posible para reducir la posibilidad de ser alcanzado por una bala.
Evalúa la situación: Si estás en un edificio, trata de cerrar puertas y bloquear las entradas para evitar que el tirador entre. Apaga las luces y mantén silencio.
Aléjate del lugar: Si es seguro hacerlo, intenta moverte lentamente y de manera discreta hacia una salida. Evita correr, ya que esto podría llamar la atención del tirador.
Llama a las autoridades: Tan pronto como estés a salvo, llama a la policía y proporciona toda la información que puedas sobre la situación, incluyendo la ubicación exacta, el número de atacantes, y cualquier detalle que puedas observar sobre ellos.
Ayuda a los demás si es posible: Si ves que alguien necesita ayuda y es seguro hacerlo, intenta brindar asistencia. Sin embargo, no pongas tu vida en riesgo innecesariamente.
Mantén la calma: Aunque es más fácil decirlo que hacerlo, intenta mantener la calma para pensar con claridad y tomar decisiones acertadas. La adrenalina y el pánico pueden dificultar la capacidad de tomar decisiones racionales.