Elementos de la Policía de Monterrey lograron prevenir un intento de suicidio por parte de un joven en el Puente Atirantado, ubicado en la zona occidental de la Ciudad. Los motivos detrás de este acto desesperado estaban relacionados con problemas familiares.
Los hechos ocurrieron a las 04:25 horas del martes en el bulevar Rogelio Cantú Gómez, entre Antonio L. Rodríguez y Morones Prieto, en la colonia Santa María.
Durante un patrullaje rutinario de prevención y vigilancia, los oficiales de la Policía de Monterrey recibieron una alerta del C4i4 sobre un posible intento de suicidio en esa ubicación.
Una vez en el lugar, los uniformados avistaron a un joven en el borde del puente. Con cautela, se acercaron y entablaron una conversación con él. El joven, de 20 años de edad, reveló que estaba lidiando con problemas familiares y que ya no deseaba vivir.
Sin embargo, los oficiales, con su experiencia en situaciones similares, lograron persuadir al joven para que abandonara sus intenciones suicidas. Después de realizar una llamada a un familiar, el joven aceptó las palabras de los policías.
Más tarde, llegó al lugar el padre del joven, de 68 años, quien se identificó y se llevó a su hijo en su automóvil. No se requirió asistencia de unidades de emergencia.
El padre comentó que su hijo no tenía problemas mentales ni de salud, por lo que le resultó sorprendente su intento de suicidio. Ambos se retiraron del lugar, agradecidos por la intervención de los oficiales de la Policía de Monterrey.
¿Cómo prevenir conductas suicidas?
Prevenir conductas suicidas es un asunto de suma importancia, y todos podemos desempeñar un papel en la prevención. Aquí hay algunas formas en las que se puede abordar la prevención de conductas suicidas:
Educación y concienciación: Aprende sobre las señales de advertencia y factores de riesgo asociados con el suicidio. La educación sobre este tema te permitirá identificar a alguien que pueda estar en riesgo y ofrecerle apoyo.
Comunicación abierta: Fomenta la comunicación abierta y compasiva con amigos, familiares y seres queridos. Hazles saber que estás ahí para escuchar y apoyar sin juzgar.
Escucha activa: Presta atención a las personas que te rodean. Escucha sus preocupaciones y emociones. A veces, solo el hecho de sentir que alguien los escucha puede aliviar la angustia de alguien.
Hacer preguntas directas: Si tienes preocupaciones sobre la seguridad de alguien, pregúntales directamente si están pensando en hacerse daño. Preguntas como "¿Estás pensando en hacerle daño a ti mismo?" pueden ser difíciles de formular, pero son cruciales.
No minimices los sentimientos: Evita minimizar o desestimar los sentimientos de alguien. Lo que podría parecer insignificante para ti podría ser abrumador para otra persona.
Ofrecer apoyo emocional: Anima a la persona a buscar ayuda profesional y ofrécele acompañamiento para hacerlo. Ofrecer tu apoyo en la búsqueda de ayuda puede ser fundamental.
Eliminación de medios letales: Si sabes que alguien está en riesgo, ayuda a eliminar los medios que podrían usar para hacerse daño, como medicamentos, armas de fuego o sustancias peligrosas.
Conexiones sociales: Fomenta conexiones sociales y redes de apoyo. La soledad y el aislamiento pueden aumentar el riesgo de suicidio, por lo que mantener relaciones saludables es esencial.
Buscar ayuda profesional: Si alguien muestra signos de estar en riesgo, anima a buscar ayuda de un profesional de la salud mental. La terapia y el tratamiento pueden ser esenciales.
Concienciación sobre el acceso a servicios de crisis: Familiarízate con los recursos de crisis disponibles en tu área, como líneas de ayuda de prevención del suicidio o servicios de atención de crisis.
Promoción de la salud mental: Trabaja en la promoción de la salud mental a nivel comunitario. Participa en iniciativas que destigmaticen los problemas de salud mental y fomenten el acceso a servicios de apoyo.
Autocuidado: No olvides cuidar de ti mismo. El apoyo a personas en riesgo puede ser emocionalmente agotador, por lo que es importante cuidar tu propia salud mental.
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