BEIRUT (AP) — Tropas rusas han encontrado fosas comunes en Alepo, Siria, con cadáveres mutilados, que tienen señales de tortura, dijo el ministro de Defensa de Rusia el lunes.
Docenas de restos han sido descubiertos, de acuerdo con el portavoz del ministerio, el mayor general Igor Konashenkov, quien agregó que algunos cadáveres tenían heridas de balas.
Si bien la guerra en Siria ahora se conduce con morteros, tanques, y fuerza aérea, también se ha combatido de manera más cercana. Observadores de derechos humanos y periodistas han registrado varios ejemplos de masacres y torturas organizadas, perpetradas por el gobierno, la oposición y el grupo Estado Islámico.
La Fuerza Aérea de Rusia ha ayudado al presidente sirio Bashar Asad y sus enemigos a capturar Alepo, la ciudad más grande de Siria, tras semanas de sitio. Desde entonces, Rusia ha enviado policías militares a la ciudad.
Konashenkov también acusó a los rebeldes, que controlaron el oriente de Alepo antes de que fueran replegados este mes, de instalar varias minas y trampas por toda la ciudad, poniendo en peligro la población civil.
La organización Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, que junta información sobre el conflicto a través de contactos locales, dijo el domingo que al menos 63 soldados sirios y milicianos habían muerto debido a tales trampas en el oriente de Alepo desde que el gobierno le arrebató el control a los rebeldes el jueves pasado. El Observatorio dijo que las víctimas fueron una mezcla de personal que desactivaba minas y soldados o milicianos saqueando los distritos.
Mientras las fuerzas rusas y sirias consolidaban y aseguraban el oriente de Alepo, Asad daba señales de estar más confiado en su postura.
El domingo, Asad visitó un orfanato cerca de la capital Damasco, en el día de Navidad.
Imágenes subidas a la página de Facebook de la presidencia siria mostraban al presidente y a su esposa, Asma, de pie con monjas y huérfanos en Sednaya, suburbio de Damasco.
En Alepo, los cristianos celebraron la Navidad por primera vez en cuatro años.
La retirada rebelde del este de Alepo la semana pasada supuso la mayor victoria para Asad desde el inicio del conflicto en Siria en 2011.
Los cristianos son una de las minorías religiosas más grandes del país, y suponían en torno al 10% de los 23 millones de habitantes que tenía Siria antes de la guerra. Han intentado quedarse al margen del conflicto, pero el tono cada vez más islamista de la oposición ha hecho que muchos se inclinen por el gobierno de Asad.