Techaluta de Montenegro, el municipio más pequeño de Jalisco en extensión territorial, atraviesa una de las crisis de seguridad más delicadas de su historia reciente.
Con una corporación policial reducida al mínimo y bajo la lupa de las autoridades estatales y federales, la localidad enfrenta un escenario de vulnerabilidad que pone en entredicho tanto su capacidad operativa como los mecanismos utilizados para depurar a sus cuerpos de seguridad.
Investigan a la comisaría
Actualmente, la comisaría municipal cuenta con apenas seis policías activos, luego de que el resto de los elementos no acreditara los exámenes de control y confianza.
De acuerdo con el Modelo Óptimo de Funcionamiento Policial del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el municipio debería contar con al menos 12 oficiales, bajo el criterio de 1.8 elementos por cada mil habitantes.
La reducción a la mitad del estado de fuerza ha dejado a Techaluta prácticamente a la deriva en materia de seguridad pública.
La situación se agrava debido a que el filtro utilizado para determinar quién puede o no portar un uniforme policial también es objeto de severas críticas.
Académicos y especialistas en seguridad advierten que los exámenes de control y confianza, lejos de ser una garantía absoluta, pueden resultar manipulables y no necesariamente aseguran que los elementos que permanecen en las corporaciones respondan a los intereses de la ciudadanía.
A este panorama se suma una investigación en curso por parte de la Fiscalía del Estado de Jalisco, que indaga la posible participación de policías municipales de Techaluta de Montenegro en la entrega irregular de armamento y dinero.
El caso se originó el pasado 3 de diciembre, cuando se reportó el robo de armas de fuego y aproximadamente 170 mil pesos pertenecientes a la corporación municipal.
En un inicio, los elementos involucrados aseguraron haber sido víctimas de un presunto fraude telefónico.
Según su versión, un supuesto funcionario de la Contraloría les habría dado instrucciones para entregar el dinero y el armamento. Sin embargo, inconsistencias en sus declaraciones
encendieron las alertas de las autoridades estatales.Como resultado de las investigaciones, dos policías municipales identificados como José de Jesús 'N' y J. Jesús 'N' fueron detenidos e imputados por el delito de robo calificado.
Paralelamente, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una carpeta de investigación por la probable violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, tras el aseguramiento de armas y equipo táctico en el municipio.
Tras quedar prácticamente desarmada, la corporación recibió apoyo de la Secretaría de Seguridad del Estado, que suministró armamento y reforzó las labores de patrullaje para evitar un vacío total de autoridad.
Una herramienta cuestionable
Los exámenes de control y confianza se han convertido en el principal filtro para la selección y permanencia de policías en México. Sin embargo, su efectividad es cada vez más cuestionada.
Francisco Jiménez Reynoso, doctor en Derecho e investigador de la Universidad de Guadalajara, señala que estas evaluaciones fueron instituidas durante el sexenio de Felipe Calderón, bajo la gestión de Genaro García Luna, hoy sentenciado por narcotráfico y delincuencia organizada.
“El problema es que fueron creados para dar objetividad, pero en la práctica pueden ser manipulables y carecen de una base científica sólida”, advierte el especialista.
Aunque los exámenes evalúan aspectos médicos, toxicológicos, psicológicos, patrimoniales y el polígrafo, casos de corrupción y delitos cometidos por policías que los aprobaron evidencian sus limitaciones.
- Policía
Filtro sin red de seguridad
En municipios pequeños como Techaluta de Montenegro, la reprobación masiva de elementos deja a las corporaciones sin capacidad operativa. Jiménez Reynoso subraya que, ante este escenario, es indispensable una coordinación efectiva con la Policía Estatal, la Guardia Nacional y las fuerzas armadas.
“Es tiempo de cambiar el enfoque. No solo deben servir para depurar, sino para fortalecer y profesionalizar a las policías”, concluye, al advertir que la seguridad ciudadana no puede sostenerse sobre filtros cuestionables ni corporaciones debilitadas".
Finalmente, el académico considera que, tras años de aplicación, los exámenes de control y confianza requieren reformas profundas.
KH