Con una profunda indignación fue como Guadalupe Santa María, denunció que tras haber visitado la tumba de su hija que falleció hace 22 años, se encontró con que su lugar último lugar de descanso había sido profanado, al encontrar el féretro expuesto a la intemperie y además con diferentes botellas de resistol, por lo que supone que fueron malvivientes quiénes atrevieron a realizar estos actos, de los que dijo está dispuesta en actuar de manera legal contra la administración del Panteón Municipal número 1 de Torreón.
Una noticia desagradable fue con la que se encontró el pasado dos de noviembre Guadalupe Santa María, ya que luego de haber radicado por cuatro años en otra ciudad, tras su regreso a Torreón, se encontró con que la tumba de su hija, había sido profanada por malvivientes, que, sin ningún respeto, usaron su último lugar de descanso para drogarse y dejar el féretro al descubierto, por lo que sus restos desaparecieron.
Molesta por la situación que estaba aconteciendo, fue que Guadalupe junto a su familia, buscaron una repuesta con la administración del Panteón Municipal número Uno, sin embargo, poco pudieron hacer al respecto, ya que no se quisieron hacer responsables por los daños, de los que incluso, se atrevieron a ofrecerle un presupuesto para reparar los daños que fueron ocasionados en la lápida de su hija.
Es por estos motivos que Guadalupe dijo que piensa actuar de manera legal contra la administración de este panteón, al no ser capaces mantener la vigilancia para las personas que descansan en este campo santo desde 1906, mientras que, de los restos de su hija, con el dolor que le representó su pérdida a los ocho días de nacida, lamento que ya no tendrá un lugar en el cual le pueda orar por su descanso eterno.