Marx Arriaga, director de Materiales Educativos en la Secretaría de Educación Pública, negó que haya “línea” política en los cambios que efectúan en estos momentos en México. Pidió a los detractores de los cambios que lean tanto los libros como planes con los que se cuenta para actualizar el contenido de los libros gratuitos.
Arriaga comentó que estos ajustes se abordan por la reforma educativa que se dio en 2019 en el Congreso Federal donde se propuso cambios y reformas en la Ley General, por lo que se cumple con la creación de nuevos planes y programas.
“Si lo vemos en un aterrizaje partidista eso es una mentira. No es así. Los mismos maestros no lo permitirían. Porque hemos trabajado mucho, hemos estudiado muchas políticas educativas, y está aquí el magisterio. Los maestros se darían cuenta que es una cuestión partidista, pero no es así. Es una reflexión por el tipo de educación que necesitamos hoy. Qué tipo de estudiante necesitamos formar por las necesidades sociales, económicas, culturales que estamos viviendo”, señaló.
- Comunidad
Esto durante la Asamblea de análisis del Plan y los Programas de estudio, en el estado de Durango. Incluso, retó a sus detractores a leer el documento donde se plantean los cambios para ajustar la educación a la realidad.
“Deben de escuchar a los maestros, ellos son los especialistas: esto no es una discusión de vocabulario, no hay palabras prohibidas, lo que se está reflexionado es lo que representan esas palabras en un modelo educativo. La discusión está centrada en que hay que cambiar los paradigmas, hay que colocar a la comunidad en el centro. Y para eso implica un cambio de modelo educativo, cambiar de una situación gerencial a una situación comunitaria”.
Sobre las posiciones de especialistas e intelectuales sobre eliminar palabras consideradas como “neoliberales”, aseguró que en los hechos se es legalmente posible, pero sí reconoció que dentro de los textos se abordan temas como la marginación, la perspectiva de género, asuntos laborales. Todo incluido dentro de la dinámica nacional.
“La cuestión de libros de texto está normada por los planes y programas. Eso lo sabemos todos, sería ilegal meter un contenido si no ha quedado concreto a través de esos planes y programas. No puede ser: yo los retaría a que lean el documento, los libros de texto o los planes de estudio y que señalen donde está la cuestión partidista que hay ahí. Si hablamos de una cuestión filosófica, sí hay una reflexión sobre la realidad, sobre los problemas ecológicos, la cuestión de género, la marginación, como lo viene marcado los planes y programas. Y no nada más es una línea nacional, sino una política que podríamos encontrar en organismos internacionales”.