MONTERREY. - Pese a su importancia para el funcionamiento de la sociedad, el desarrollo emocional no figura en las políticas públicas, ni en la agenda de gobierno, mucho menos en los pendientes legislativos.Justo al arrancar las campañas en Nuevo León, especialistas y catedráticos de la UERRE ponen de manifiesto la importancia de este tema, y el gran rezago que enfrentamos.
Ángeles Heftye, sicóloga con doctorado en educación, advierte sobre la necesidad urgente de invertir en la primera infancia. Mientras los candidatos ofrecen soluciones a problemas de seguridad, economía o ambiental, pocos caen en cuenta de la importancia de atender a los ciudadanos del mañana.
Con esas semillas sembradas, apunta la especialista, se resuelven muchos problemas a futuro, entre ellos, el de la delincuencia que nos aqueja. No obstante, es necesario que a la par de invertir en los menores, también se haga lo propio con los padres.
Esta falta de conocimiento en el manejo de las emociones quedó al descubierto con la pandemia sanitaria del Covid.
Resiliencia, la palabra emblemática durante este último año, representa un simple concepto para la mayoría de las personas, pues pocos han alcanzado a desarrollar esta habilidad emocional que te permite reponerte a las adversidades.A decir de Ana Díaz, sicóloga con maestría en docencia en educación superior, vamos tarde en la enseñanza de las emociones, pero se está haciendo una buena labor.
Sin embargo, los resultados de esa falta de desarrollo emocional han pegado muy fuerte entre algunos sectores de la sociedad.
Seguir apostando por las fórmulas de siempre o invertir en el tema emocional. La respuesta parece obvia, más no sencilla, para aquellos que aspiran a gobernar.
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