Esta vez, voy con los taxis

VERTEBRAL

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Finalmente llegó la fecha, hoy iniciaron las campañas rumbo a la elección del cuatro de junio. Gracias a Dios, el Instituto Nacional Electoral en Coahuila (institución encargada de organizar los comicios) no nos hartó (al menos en las precampañas) con sus promocionales tontos y carentes de creatividad, nos dejaron descansar... Espero dos cosas: La primera es que hagan una campaña publicitaria de altura y la segunda, que no saturen la pauta de los diferentes medios de comunicación... De lo otro, ya se la sabe... PRI, PAN.

Hace algunas columnas consigné las ventajas que tenía la llegada del servicio Uber a la región, básicamente era el estatus que el pasajero adquiría al subir a una unidad climatizada, con música de su preferencia, la ubicación del coche a través de una aplicación y el cobro por medio de tarjeta de crédito. 

Es innegable que el servicio que ofrecen los taxistas va dirigido a un determinado mercado, a uno que no cuenta con tarjeta bancaria, que no tiene un plan de telefonía móvil para solicitar un auto a través de una aplicación, se trata de gente que necesita trasladarse de la esquina de su casa, al trabajo o al salir de una clínica. No por estas razones y por lo económico que pudiera resultar un "viaje", los usuarios debemos soportar que los choferes de los taxis convencionales no cuenten con unidades dignas, es decir, que los coches parezcan cafeteras, que los choferes no cuiden su higiene personal, que pongan las cumbias a todo lo que da (y no por las cumbias, sino porque no tienen la atención de preguntarle al usuario si quiere escuchar música), que cobren lo que se les dé la gana, que fumen y que no cuenten con su documentación en regla. Al menos es la imagen que, a pulso, tienen ganada. 

Esta semana, un grupo de taxistas detuvo a un chofer de Uber y con la justificación de que lo encontraron "haciendo base", le destrozaron las cuatro llantas del carro... La policía, para no variar, brilló por su ausencia ante los llamados de la empresa y de los propios compañeros. 

Casi se arma la de "Troya" cuando ambos bandos (choferes de taxis convencionales y Uber) se toparon en una manifestación en la Plaza Mayor. Unos argumentaron competencia desleal y los otros "cacería de brujas", en esta ocasión yo estoy con los taxistas.

 Ellos, con todo y lo jodido que pueda resultar el servicio que ofrecen, contribuyen con una serie de impuestos al municipio, mientras que Uber ni siquiera está reglamentado. Las autoridades no cuentan con una base de datos de los choferes y a últimas fechas se les ha sorprendido "haciendo base y rutas", además de que aceptan pago en efectivo... Ahí se acabó la magia del concepto.

 Creo que la autoridad municipal (la Dirección del Autotransporte) está pecando de omisión. No les da certeza a ninguno de los gremios al no establecer un reglamento para regularlos, continúa haciendo los cobros a los concesionarios del transporte y a los choferes, pero también se hace "de la vista gorda" con los coches Uber al no establecer en el cabildo un marco legal que "los amarre".  

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