A doce días de que iniciaran las campañas políticas en Jalisco, espectaculares, lonas y spots con los que decenas de mujeres y hombres buscan conseguir el voto de la ciudadanía para convertirse en servidores públicos ya inundan la ciudad, pero el resultado de la sobresaturación de estos mensajes podría no ser el esperado.
Académicos y expertos de la Universidad de Guadalajara (UdeG) refieren que el exceso de información durante las campañas genera confusión y pérdida del pensamiento crítico.
“Genera en los ciudadanos un efecto negativo debido a que tanta información de tantos candidatos, donde dicen que uno es bueno y otro malo y a la inversa, genera un conflicto emocional en la gente, y a la vez duda e incertidumbre de quién es el candidato que realmente les puede ofrecer una solución a la situación actual que se está viviendo”, explicó Marco Aquiles Chávez Lecuanda, del Departamento de Proyectos de Comunicación del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD).
Por su parte, Ricardo Gómez Rubio, adscrito al mismo departamento, señaló que estos excesos provocan “pérdida de capacidad en el raciocinio para la toma de decisiones acertada. Esto afecta a los ciudadanos en su calidad de vida y los imposibilita a decidir por el candidato mejor preparado. Y al final todos perdemos al momento que no se puede llevar a cabo el ejercicio democrático”.
Marco Aquiles Chávez puntualizó que a nivel estatal y federal falta regular la contaminación visual que generan las campañas políticas, pues aunque desde hace 20 años va en aumento, se sobreponen los intereses económicos, donde las empresas publicitarias ganan a costa de afectar el bienestar de las y los ciudadanos.
También enfatizaron en el riesgo de que las campañas políticas en México sean de tres meses, pues las población está expuesta a discursos ilegibles en el ámbito público, como las calles, pero también en lo privado, desde computadoras y celulares. Refirieron que en países de Europa las campañas son de 15 días, lo que obliga a los candidatos a buscar una comunicación efectiva.
Con la contaminación política todos pierden, ya que solo siembra indiferencia y como consecuencia, baja significativamente la participación en el proceso electoral, señalaron.
Faltan casi dos meses y medio de campañas políticas y las paredes, calles y espectaculares de la metrópoli ya están atiborradas de los rostros de las mujeres y hombres que contienden por un puesto de elección popular, pero de quienes poco se sabe.
CGE