Con poca participación ciudadana se llevó a cabo la votación para la revocación de mandato, instrumento democrático que fue solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada del presidente en turno.
Desde que fue propuesta la consulta para la revocación del mandato causó controversia, incluso el descontento de partidos opositores y de la ciudadanía, además de que se vio opacada por una serie de señalamientos por parte del Instituto Nacional Electoral hacía el partido que al final sumó 283 quejas y 26 resoluciones en las que determinó que el presidente, diputados y otros funcionarios emanados del Movimiento de Regeneración Nacional violaron la veda electoral con promoción de imágenes y logos políticos, y promovieron el ejercicio aun cuando estaba prohibido.
Para situar un contexto claro, es importante entender que en el 2018, cuando el actual presidente Andrés Manuel López Obrador tomó protesta anunció que a mitad de su sexenio se sometería a una consulta pública para que la ciudadanía evaluará su gestión.
En el 2019, el Congreso de la Unión modificó el artículo 35 de la Constitución y estableció que este mecanismo solo se podrá ejecutar por una sola ocasión antes de que el presidente en turno concluya su tercer año de gobierno.
Es decir, este fue el primer ejercicio del tipo, toda vez que según la Constitución cada mandatario deberá someterse a este mecanismo para que la ciudadanía decida si se queda o se va, sin embargo para hacerlo legítimo deberá obtener el 40% de votos del padrón electoral.