Ante la crisis de suministro de agua potable que vive el área metropolitana de Monterrey, el ex gobernador del Estado, Benjamín Clariond, señaló que el proyecto hídrico Monterrey VI se debe de seguir considerando para acabar con dicha problemática.
Quien fuera mandatario de Nuevo León entre 1996 y 1997, señaló que él aconsejó a Jaime Rodríguez Calderón a no perder la concesión, pues en un futuro se necesitaría del acueducto proveniente del Río Pánuco.
“Monterrey VI es un proyecto que debió hacerse, yo le dije al ex gobernador, a Jaime, que no se debía renunciar a la concesión de agua porque tarde que temprano se iba a tener que utilizar, solo que aquella vez se canceló porque el proyecto venía mal, con corrupción que favorecía al gobernador anterior a él”.
Así fue cancelado Monterrey VI
En el año 2010, Nuevo León recibió un título de concesión de 15 mil litros por segundo de aguas provenientes del Río Pánuco, y en diciembre del 2011 la Conagua entregó a Servicios de Agua y Drenaje la autorización por un período de 30 años para obtener 473 millones de metros cúbicos anuales de ese cauce.
Sin oposición inicial, el estado y la federación suscribieron en 2013 el convenio de construcción de Monterrey VI e incluso se autorizó una partida de 2 mil 966 millones de pesos para financiar la obra.
La licitación y adjudicación del proyecto se dio en septiembre del 2014, y se suscribió el contrato por 14 mil 161 millones de pesos con el consorcio ganador, integrado por las empresas Conoisa, Desarrollos Rogar, Recsa Concesiones y Pyecsa.
A partir de ese momento, empezaron los conflictos, primero en voz del empresario Eugenio Clariond Reyes Retana, que mediante el Fondo Metropolitano del Agua se opuso al plan hídrico.
En febrero del 2015, más de 300 ciudadanos de 14 organismos intermedios y de la sociedad civil protestaron en Palacio de Gobierno para pedir la cancelación del proyecto Monterrey VI, bajo el argumento de que representaba un costo excesivo.
Al siguiente mes, con las campañas electorales por iniciar, Agua y Drenaje de Monterrey, vía su entonces titular, Emilio Rangel Woodyard, denunció que dichos organismos politizaban el tema.
En respuesta, cámaras empresariales aceptaron dejar del lado los cuestionamientos públicos, pero siempre y cuando se cancelara la obra, a lo que el estado reviró señalando que respondería a todas las dudas existentes.
El Fondo Metropolitano vía Eugenio Clariond declaró entonces que el tema era ecológico, no político, al tiempo que en el Congreso local el tema dividía opiniones.
Por primera vez, ya como candidato a la gubernatura de Movimiento Ciudadano, Fernando Elizondo planteó echar abajo Monterrey VI mediante la compra de sanitarios ahorradores para reemplazar el agua que se traería del Pánuco, solución que costaría 900 millones de pesos.
En abril, en una visita del entonces presidente Enrique Peña Nieto, más de 20 empresarios apoyaron la construcción de acueducto, y le pidieron al mandatario priista que destinara más recursos.
A partir de ahí no se habló más del tema durante el período de campaña, hasta un mes después de concluido el proceso, ya con Jaime Rodríguez como gobernador electo, quien dio a conocer el 7 de julio que pararía la obra, y les pidió a los inversionistas dejar de meterle dinero.
En respuesta, Agua y Drenaje reveló que la penalización por este hecho sería de 14 millones de pesos.
Días después, el entonces gobernador Rodrigo Medina reconoció que la decisión final de la obra recaía en su sucesor.
Para el 12 de julio, Rodríguez Calderón dio a conocer que se reuniría con los contratistas de la obra, a fin de conocer a detalle los pormenores, pero 4 días después, los organismos de la sociedad civil le volvieron a exigir que detuviera el plan.
Ya para finales de agosto, el Bronco declaraba que la obra no se llevaría a cabo, al tiempo que el PRI le exigía desde el Congreso local una postura definitiva.
A pesar de ello, en marzo del 2016 el ya gobernador Jaime Rodríguez defendió la concesión otorgada al estado, y advertía que sería un error no utilizarla.
En septiembre de ese año aseguró que ya tenía un acuerdo con el presidente Peña Nieto para construir Monterrey VI, pero con otros términos y condiciones, sin embargo, días después dejaba en claro que el rumbo sería otro.
Para mayo del 2017 se canceló definitivamente Monterrey VI, y la puntilla vino en 2018, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el llamado Plan Hídrico 2030, que contemplaba la construcción de la Presa Libertad.