Lo que está pasando entre los taxistas y los ubers, es algo que ya debe empezar a preocupar a las autoridades municipales, ya que la situación se puede salir de control y los pleitos pueden terminar en tragedias.
La razón la gresca solamente los protagonistas la saben, pero al parecer inició con una agresión a una unidad particular presuntamente por parte de taxistas. Los ubers no se dejaron y contestaron al supuestamente poncharle las llantas al taxi.
Ante la agresión, los dueños de unidades Uber acudieron a la Plaza Mayor y ahí en la plancha se apostaron para protestar, para exigir garantías a las autoridades municipales, ya que ellos no quieren ser víctimas de las agresiones de los aguerridos taxistas. Como era de esperarse, un gran número de choferes con sus unidades llegaron también hasta la Plaza Mayor y no dejaban salir a los ubers, por lo que empezaron los gritos, un conato de violencia generalizado, en el cual tuvo que intervenir la policía municipal bajo el mando del teniente Adelaido Flores.
Los taxistas y quizás con justa razón, al ver que sus ingresos van a la baja, manifestaron que la competencia que les hacen los ubers es desleal, ya que de pronto se juntan en alguna esquina y ahí hacen base, además, que ya han estado dejando de cobrar por medio de tarjetas de crédito o débito y lo están haciendo en efectivo, lo cual a final de cuenta es lo que hace un taxi y es ahí en donde ya no están de acuerdo.
Claro que en servicio que prestan unos y otros hay gran diferencia, ya que mientras los taxistas traen sus unidades en condiciones de regulares a malas, además que algunos choferes van fumando mientras transportan al pasaje, los ubers cuentan con unidades de reciente modelo, con aire acondicionado y los choferes tienen un mejor trato hacia su pasaje.
Estos agarrones pueden ser un anuncio de que se pueden presentar graves problemas, por lo que es aquí donde las autoridades deben de poner las reglas de juego en la mesa, hablar con los concesionarios de taxi, así como con los ubers, para que ambos trabajen sin contratiempos. De algo no hay duda, los ubers llegaron para quedarse.