Los hechos ocurrieron en la ciudad estadounidense de Locust, en Carolina del Norte, donde el protagonista con su esposa merendaban en uno de los establecimientos de la cadena de comida rápida. Después de comer, la pareja se dirigía a su auto en el aparcamiento cuando ocurrió lo inesperado.
"Al cruzar miré por los lados por si había algún auto. Oí el sonido de unas pezuñas como si fuera un caballo, miré a la derecha y solo vi un destello con la cara del ciervo que me tiró para abajo," narra el hombre.
Según el relato del hombre, tras atropellarlo, el ciervo simplemente siguió corriendo directamente hacia el bosque.
Probablemente lo más curioso de la situación fue el hecho de que el hombre no derramó el refresco que tenía en su vaso durante el atropello y tampoco sufrió heridas.