La contaminación de la cuenca río Atoyac es un problema de salud pública que afecta a toda la población de los municipios de Puebla y Tlaxcala, y que es urge atender por parte de las autoridades, empresas y sociedad en general o de lo contrario, el sufrimiento y el costo serán altos en materia de calidad de vida.
Las investigadoras María Cristina Pérez Grados, integrante del Centro de Estudios de Familia y Sociedad (CEFAS) de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep); Maite Lot, investigadora de la Universidad Panamericana; y Sonia Rivas Borrell, académica de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, España, señalaron que es necesario el compromiso de todos los integrantes de la sociedad para rescatarlo.
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María Cristina Pérez Grados, investigadora del CEFAS de la Upaep, resaltó la importancia de que las autoridades y de los ciudadanos trabajen de manera conjunta para que en primer lugar, se detenga la contaminación y posteriormente se trabaje en su remediación.
“En el tema del río Atoyac será más papel de las autoridades y nosotros como ciudadanos, no debemos seguir contaminándolo”, apuntó María Cristina.
Maite Lot, investigadora de la Universidad Panamericana, resaltó que ante un problema como la contaminación de la cuenca del río Atoyac, es urgente el desarrollo de alianzas para detener los daños ambientales y, al mismo tiempo, comenzar la recuperación.
“Hay que pedir estudios ambientales, que las empresas se comprometan y las mujeres, los ciudadanos, tenemos derecho a que haya claridad y transparencia; además, nos indiquen si están conscientes del daño que pueden generar para la salud pública”, añadió Maite Lot.
Las personas que viven junto al río resultan directamente afectadas; sin embargo, toda la población de la región resulta afectada porque la contaminación no distingue límites territoriales, explicó la investigadora de la Universidad Panamericana.
“La persona que está afectada en la zona del río que está más contaminado, claro que tiene mucho mayor preocupación y es prioritario que levanten la voz. Pero esto es también un tema de salud pública porque un río contaminado no es nada más el lugar en donde está el foco de origen que lo está contaminando, es todo el surco y cómo va dañando los mantos acuíferos”, resaltó.
Resaltó que el camino para lograr el rescate del Atoyac comienza con las acciones para, en primer lugar, detener la contaminación; y, al mismo tiempo, comenzar con el desarrollo de estudios ambientales que revelen la dimensión del problema, para luego pasar a la remediación.
“Pedir a las empresas que haya claridad; desde casa, empezar con un cambio de hábitos, con un respeto a una ecología, a un aprovechamiento, a un reciclaje que es a lo que el mundo tiende y lo jóvenes traen más conciencia que otras personas que somos un poquito mayores de edad que no fuimos educados en la conciencia de lo que implicaba tirar el papel en la calle”, destacó Maite Lot.
En tanto, Sonia Rivas Borrell, académica de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, España, explicó que la recuperación de los ríos como sucede en diferentes ciudades de Europa, para lo cual, se requieren planes de acción, voluntad política y la participación de todos los sectores.
“Es un sufrimiento porque la contaminación estropea el ecosistema. El cuidado del medio ambiente es cosa de todos y de todas. Las pequeñas acciones contribuyen. Estoy pensando en España, en cómo se han revertido situaciones en Madrid, en algunos puertos pesqueros que estaban muy contaminados”, destacó Sonia Rivas.
AGA