Las altas temperaturas llegaron a México durante finales de abril. La segunda ola de calor ha causado no solo más consumo de agua para uso humano, sino que además ha desatado varias enfermedades y aflicciones.
Una de esas aflicciones son los sangrados nasales que afectan recurrentemente a muchas personas que no saben cómo tratarse dicho padecimiento.
¿Qué es un sangrado nasal?
Epistaxis es el nombre médico de los sangrados nasales y estos suceden cuando los pequeños vasos sanguíneos de la nariz se rompen. Esta situación por lo general, no resulta ser de gravedad para quien la padece, sin embargo, si no se manejan de manera correcta pueden ser muy alarmantes.
Estos sangrados son más comunes durante la primavera y el verano debido a una serie de factores que se relacionan con las condiciones climáticas y los hábitos estacionales.
¿Por qué me sangra la nariz?
Uno de los principales factores que provoca el sangrado en muchas personas es el aumento de las temperaturas, ya que el calor aumenta la temperatura en el cuerpo.
Además, la exposición prolongada al sol es otra de las causas ya que los golpes de calor sumado al esfuerzo físico pueden romper los vasos sanguíneos de la nariz. Esta exposición al sol prolongada, además, reseca las membranas nasales volviendo los vasos sanguíneos más frágiles y propensos a una ruptura.
Otra situación que provoca los sangrados nasales son los cambios bruscos de temperatura ya que afectan la circulación sanguínea de la nariz, lo que genera un aumento del riesgo en el sangrado de la nariz.
¿Qué hago si me sangra la nariz?
Cuando se presente un sangrado nasal es importante mantener la calma y realizar una serie de acciones para detenerlo. Aquí te compartimos algunas de ellas.
Poner posición adecuada: Si experimentas un sangrado nasal, siéntate y inclina ligeramente tu cuerpo hacia adelante. Mantén la cabeza erguida para evitar que la sangre fluya hacia la garganta.
Ejercer presión: Es importante usar el pulgar índice y apretar suavemente la parte blanda de la nariz durante al menos 10 minutos. Esto ayudará a detener el sangrado si se aplica la presión de manera correcta.
Evita lo siguiente: No inclines la cabeza hacia atrás ni te acuestes, ya que esto puede hacer que la sangre se deslice hacia la garganta, causando molestias o incluso asfixia. Tampoco intentes taponar la nariz con algodón, ya que esto podría irritar más las membranas nasales.