El cigarro es una de las mayores adicciones que existen en el planeta, esto se debe a diferentes factores, pero uno de los mayores es por los componentes con el que se realiza, ya que algunos de ellos hacen que al consumirse las posibilidades de ser dependiente a ellos crece.
La mayoría de los consumidores habituales de este producto, con el tiempo suelen convertirse en personas con adicción, sobre todo a la nicotina, uno de los químicos con el que lo realizan.
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La nicotina es una sustancia química que llega al cerebro después de haber sido inhalada y genera que se aumentan los neurotransmisores, que son sustancias químicas naturales que segrega el cerebro y generan cierta comodidad.
Según diferentes estudios, muestran que el consumo de cigarros, suele cambiar el tamaño y el color de los pulmones de quien lo haga. En ocasiones puede tornarse en un gris oscuro y más pequeños de una persona que no es fumadora.
Para que el cigarro cause efectos en estos órganos, no es necesario ser una persona con adicción al tabaco, ya que a aquellos que se consideran como fumadores ocasionales también les causa estragos en uno de los órganos más importantes para la vida.
En internet suelen circular diferentes imágenes de cómo resultan los pulmones tras ser fumador, estos efectos son por el calor en el que entran químicos que no son positivos para la salud.
Al expulsar una cantidad más grande de neurotransmisores hay algunos síntomas de satisfacción en el cuerpo, como que regula el estado de ánimo, también de que cambia actitudes y el comportamiento.
Además de ello, hay afectaciones claras en la salud de quienes consumen con frecuencia el cigarro, no sólo la perdida de la capacidad pulmonar o la creación de uno de los cánceres más comunes, el de pulmón, sino también:
- Disminuye el apetito
- Incrementa la frecuencia cardiaca
- Crea más saliva y flemas
- Puede causar sudoración, náuseas y diarrea
JB