La Tripofobia es considerada como un miedo o repulsión hacia orificios, bultos pequeños o al patrón repetitivo de figuras geométricas muy juntas. Un ejemplo de ello son los panales de abejas, las burbujas de espuma, la piel, las heridas, plantas, animales o frutas.
De acuerdo con National Geographic, el concepto de Tripofobia proviene del griego “Trypo”, que significa perforar agujeros y “Phobia” que significa miedo, un término que aún no ha sido reconocido por la American Psychiatric Association.
Esto quiere decir que lejos de ser un padecimiento clínico, se trata de una conducta inusual en los seres humanos, quienes señalan que la visualización de objetos con estos orificios pueden causarles incomodidad y rechazo.
Síntomas de la Tripofobia
- Escalofríos
- Palidez
- Sudoración
- Náuseas
- Respiración rápida
- Sensación de disgusto
- Miedo
Estos síntomas pueden variar en cada persona, hay quienes suelen presentar hormigueo y vómito si el rechazo hacia los objetos descritos es muy fuerte.
Causas
Este temor o miedo suele ser autodiagnosticado por quienes dicen sentir incomodidad al ver imágenes de orificios muy juntos.
De acuerdo a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Essex, el 16% de las 286 personas a quienes les realizaron algunas pruebas, tenían una aversión visceral a los patrones debido a que algunos animales peligrosos cuentan con características similares y el cerebro reacciona con una respuesta inconsciente de protección al percibir estas imágenes.
“Descubrimos que una variedad de animales potencialmente peligrosos también poseen esta característica espectral. Argumentamos que aunque los pacientes no son conscientes de la asociación, la fobia surge en parte porque los estímulos inductores comparten características visuales básicas con organismos peligrosos”, se lee en el artículo.
Este estudio fue realizado en el año 2013, con el título de“Fear of Holes” (Miedo a los agujeros), sin embargo, existe otra teoría que dice que la Tripofobia es causada por el miedo a contraer bacterias infecciosas, según lo descrito por la Universidad de Kent en 2017.
KM