Para muchos es impensable comer unas papas fritas, unos mariscos, ciertas botanas, o tomar una michelada sin salsas, pero es importante que tengas en cuenta que consumirlo a diario puede tener consecuencias en tu salud.
En el mercado se ofrecen una amplia variedad de salsas como La valentina, la botanera, la salsa negra, la salsa habanera, la salsa para alitas, salsa búfalo, salsa de soya, salsa en polvo como el tajín, entre otras, que se disfrutan con varios alimentos.
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La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha revelado en diversos estudios que este tipo de salsas envasadas, contiene un alto nivel de sodio, por sus ingredientes que son chile, agua, ácido acético, vinagre, sal yodada, condimentos, especias y el antes mencionado.
Una de las consecuencias más graves que puede ocasionar el exceso de sodio de acuerdo con Mayo Clinic es la hipertensión arterial, sin embargo, puede haber señales antes de llegar a este paso para darse cuenta cuando es necesario reducir el consumo de este ingrediente.
Una cucharadita de sal de mesa, que es una combinación de sodio y cloruro, tiene 2325 miligramos (mg) de sodio, un poco más que el límite diario de 2300 mg recomendado por los expertos en salud.
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La salsa valentina, por ejemplo, de acuerdo con la Profeco contiene 487 miligramos de sodio por cada 30 gramos de salsa, lo que implicaría que al comerla en el resto de tu dieta tendrías que cuidar que esto no exceda el límite diario recomendado.
Lamentablemente estas salsas suelen combinarse con botanas o alimentos que también exceden la porción de sodio recomendada, por lo tanto, lo ideal es consumir estos productos de manera medida y evitar su consumo diario.
Así que ahora que sabes esto, lo recomendable es comer las salsas envasadas, solo los fines de semana y evitar el exceso, para que puedas controlar el nivel de sodio que ingieres a diario.
ERV