De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad por el virus de Marburgo (EVM) causa una fiebre vírica de gravedad en el ser humano.
Se trata de un virus de la familia del ébola que se ha detectado en las provincias de Kie Netem y Wele Nizas, de Guinea Ecuatorial, y que han obligado a este país a declarar la alerta sanitaria.
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La enfermedad se identificó por primera vez en 1967, en la ciudad de Marburgo, Alemania, de ahí el origen de su denominación. En aquel entonces, afectó a más de 30 personas, mientras que siete murieron en laboratorios que trabajaban con cultivos celulares de monos importados de Uganda.
¿Cuáles son los síntomas del EVM?
El virus de Marburgo comienza de manera abrupta, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar, así como dolores musculares frecuentes. El periodo de incubación oscila entre dos y 21 días, pero al tercero, puede aparecer diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos.
La diarrea puede durar una semana, en esta fase se ha descrito que los pacientes presentan un “aspecto de fantasma” debido al hundimiento de los ojos, la poca expresión fácil y el letargo extremo. En 1967, la mayoría de los infectados presentaron una erupción cutánea no pruriginosa de dos a siete días que comenzaron los síntomas.
Muchos de los enfermos presentan hemorrágicas a los cinco a siete días y los casos mortales generalmente se manifiestan en forma de hemorragia, a menudo en varios órganos. La presencia de sangre fresca en los vómitos y las heces suele estar acompañada de hemorragia por la nariz, las encías y la vagina.
El sangrado espontáneo en los sitios de venopunción donde se administran líquidos o se extraen muestras de sangre puede ser un problema. Durante la fase más peligrosa de la enfermedad, los pacientes presentan fiebre elevada. La afectación del sistema nervioso central causa confusión, irritabilidad y agresividad.
¿Cómo se contagia el EVM?
La infección humana por EVM se debe a permanecer por tiempo prolongado en minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus aegyptiacus. Y las personas se contagian por el contacto directo con la piel lesionada o las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas, así como con superficies y materiales contaminados con dichos líquidos, como ropa personal o de cama.
Se han explicado casos de transmisión al personal sanitario que atiende a pacientes con EVM presunta o confirmada, mediante el contacto estrecho sin las debidas medidas cautelares de control de las infecciones. El contagio a través de materiales para inyección contaminados o de pinchazos con agujas se relaciona a una mayor gravedad de la enfermedad.
Este virus también se transmite en ceremonias funerarias en que los dolientes tienen contacto directamente con el cuerpo del fallecido.
AA