LONDRES (Reuters) - Más de 1.000 atletas rusos que compitieron en los Juegos Olímpicos de verano, invierno y en los paralímpicos estuvieron involucrados o se beneficiaron de una trama institucional para ocultar pruebas positivas de dopaje, según un informe de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) publicado el viernes.
La segunda parte del informe elaborado por el abogado canadiense Richard McLaren proporciona más detalles sobre una elaborada trama de dopaje patrocinado por el Estado ruso.
El reporte reveló que hubo un encubrimiento sistemático de los casos de dopaje positivos durante los Juegos Olímpicos de 2012, el Mundial de atletismo 2013 y los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014, y que más de 30 deportes, entre ellos el fútbol, estuvieron involucrados.
"Fue un encubrimiento a una escala sin precedentes y la segunda parte de este informe muestra evidencia sobre un aumento del número de atletas que participó, así como el alcance de la conspiración y su encubrimiento", añadió.
McLaren dijo que existía evidencia que revelaba que más de 500 resultados positivos fueron informados como negativos, incluyendo algunas pruebas de atletas de élite.
El abogado sostuvo también que Rusia ganó 24 medallas de oro, 26 de plata y 32 medallas de bronce en Londres 2012, donde no hubo atletas rusos con dopajes positivos.
"El equipo ruso corrompió los Juegos de Londres en una escala sin precedentes, cuyo alcance probablemente nunca será establecido plenamente", sostuvo McLaren.
"El deseo de ganar medallas reemplazó su brújula moral y ética y los valores olímpicos del juego limpio (...) Durante años, las competencias deportivas internacionales, sin saberlo, fueron secuestradas por los rusos. Los entrenadores y los atletas han estado jugando en un campo desigual. Los amantes del deporte y los espectadores han sido engañados", añadió.
El primer informe de McLaren, publicado en julio, fue uno de los dos encargados por la AMA, que ya había revelado una trama generalizada de dopaje patrocinada por el Estado. Ese reporte encontró que Moscú ocultó cientos de pruebas de dopaje antes de Sochi 2014 y dio lugar a una prohibición parcial de los atletas rusos para competir en agosto en Río 2016.