"¿Será porque ofrecía más barato el servicio? No sabemos. Las relaciones comerciales nos llaman la atención, pero investigaremos más adelante", agregó el ministro. Mientras tanto el gobierno se querella contra los representantes de la aerolínea por "indicios de posibles incumplimientos de deberes, incumplimiento de control interno, posiblemente uso indebido de influencias y omisión de denuncia".
LaMia, una empresa de exmilitares de la Fuerza Aérea de Bolivia para vuelos chárter contaba con un solo avión con certificación para volar y otros dos con placas venezolanas que no estaban certificados. Por ello, el gobierno boliviano hará una auditoria.
El negocio de esta aerolínea eran los vuelos alquilados para transportar equipos de fútbol. El avión que el lunes se precipitó a tierra cerca de Medellín llevaba al equipo y cuerpo técnico del modesto club brasileño Chapecoense, que viajaba a disputar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.
El presidente Evo Morales viajó en el avión el 15 de noviembre. El director general de la empresa, Gustavo Vargas, fue su piloto al inicio de su gobierno entre 2006 y 2007.
Gustavo Vargas Villegas, hijo del ejecutivo de LaMia, fungía como encargado de otorgar las matrículas a las compañías aéreas en la Dirección General de Aeronáutica Civil.
"El presidente no tiene ningún vínculo con la empresa", dijo Claros.
El gobierno boliviano se dio un plazo de 10 días para investigar todas las hipótesis y anunció sanciones drásticas.