Un amor adolescente, con todo lo que implica el fin de un ciclo condenado desde el principio, es el hilo conductor de “La casa amarilla”, primera novela de la joven escritora y actriz duranguense Grecia Monroc, que será presentada hoy en el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia”.
Se trata del bosquejo de un complejo vínculo emocional y al mismo tiempo de una obra de educación sentimental; una vivaz indagación sobre las capacidades de la fantasía.
De acuerdo con Monroc, quien contará con los comentarios de Rodolfo Naró, la novela surgió como un intento desesperado de expiar todo lo que cargaba de una etapa específica de su vida y entorno, en la que lidió con un problema de salud y dos partidas muy dolorosas y difíciles.
“La casa amarilla” está escrita como una carta a la nostalgia. “Quizá le estoy pidiendo perdón a alguien o a mí misma. Al escribirla lloré todo el tiempo. Fue como traducir a un lenguaje en clave mi diario de la adolescencia”, dijo en declaraciones al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
La novela narra la historia de Anya y Renán, un fantasma y un chico melancólico, respectivamente, quienes luchan por mantener su amor, y evoca al primer amor con el que reímos y a la vez lloramos, así como el recuerdo de esos sentimientos que esperamos volver a vivir con la misma intensidad, y que para la autora son los que nos mantienen en la lucha diaria.
“Es una historia de amor adolescente, sí, pero con todo lo que implica la finalización de un ciclo que está condenado desde el principio, como el amor, la juventud y la vida”, comentó.