Ciudad sobrevive en un muro de 1.3 kilómetros creado para protegerse del viento helado y frío extremo

Fermont es un pueblo con temperaturas de -40°, en el interior del muro hay casas, colegios, bares y supermercados, zona de donde nadie sale.

Ciudad sobrevive en un muro de 1.3 kilómetros creado para protegerse del viento helado y frío extremo
Ciudad sobrevive en un muro de 1.3 kilómetros creado para protegerse del viento helado y frío extremo
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Fermont es un helado pueblito canadiense en el cual nada ni nadie sobrevive fuera del "Muro". Hasta la década de los 70 simplemente existían en el sitio, campos helados, inhóspitos y muy alejados de la civilización. Y es que nadie se atrevía a vivir en un lugar en el que el crudo invierno llega a extenderse por siete meses durante los cuales las temperaturas descienden por debajo de los 40 grados bajo cero. 

Su clima es similar al de Alaska o Siberia. Sin embargo la explotación del hierro escondido debajo de las montañas llevó a la creación de una localidad nueva que, a pesar del frío desgarrador, ofrece altísimos salarios para los que se atrevan a residir prácticamente en el medio de la nada.

Fue en los primeros años de la década del 70 que comenzó la construcción de la mina de hierro de Mont Wright y también del pueblo de Fermont, ubicado a unos 20 kilómetros de distancia de la mina. Justamente el nombre viene de dos términos del francés referidos a lo único que hay en la zona: Fer (hierro) y Mont (monte).

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Hoy viven allí unas 3 mil personas, pero cuando los habitantes recién comenzaban a llegar a la región, el pueblo era simplemente el gigantesco muro y todo sucedía en su interior. Como si se tratara de un enorme rascacielos que descansa acostado en la nieve, el muro protege y marca el ritmo de la ciudad.

Con 1,3 km de largo y unos cincuenta metros de altura, fue inaugurado en 1974, el mismo año que el pueblo. Y con su enorme extensión, se buscó resguardar tanto a los que viven en su interior como al resto de las construcciones aledañas de los congelados vientos del norte. Una barrera contra el clima devastador.

Con el correr de los años Fermont creció un poco más, pero el muro se mantuvo como su emblema. Allí dentro se concentran comercios como hoteles, bares, restaurantes y supermercados. Además de un colegio primario y secundario, un centro de salud, el ayuntamiento, la comisaría de policía, una cárcel municipal con tres celdas y hasta una piscina pública climatizada.

En total son 5 pisos y por supuesto la mayoría de los habitantes del pueblo vive dentro de las 440 viviendas que se construyeron en el interior del muro.

 

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