Roma, 7 Mar (Notimex).- Como tantas mujeres de su país, Princess Okokon llegó a Italia con la promesa de un trabajo legal y, en cambio, terminó prostituyéndose en las calles antes de poder escapar de un destino que parecía marcado y dedicarse a ayudar a otras mujeres en su situación.
De 43 años de edad, Princess es originaria del sureño estado de Kwa Ibom, en Nigeria, de donde llega la mayor parte de las prostitutas africanas que pueden ser vistas a cualquier hora del día o de la noche en las carreteras periféricas de las ciudades italianas.
Su historia, al lado de otras similares, fue presentada este martes por la excomisaria y excanciller italiana, Emma Bonino, en una conferencia en Roma en ocasión del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este 8 de marzo.
En entrevista con Notimex, Princess relató el periplo que la llevó primero a caer en una red de trata y explotación de la prostitución, para después trabajar en el Progetto Integrazione Accoglienza Migranti (PIAM), una organización que combate el tráfico de personas. Con un pasaporte falso fue llevada a Londres y de ahí a Turín, donde ella pensaba que habría trabajado como chef y, en cambio, fue obligada a prostituirse, vigilada por una “madam” que pretendía un reembolso de 45 mil euros, por concepto de gastos de viaje, para que pudiera recobrar su libertad.
Amenazada y sometida con violencia, Princess pudo escapar de ese infierno al confiar en un italiano, Alberto Mossino, su actual marido, al que conoció casualmente y quien un día la invitó a pasear a la playa.
Con Mossino Princesss fundó la PIAM, a través de la cual han logrado ayudar a unas 200 mujeres a escapar de las redes de explotación sexual y reconstruir sus vidas mediante proyectos de capacitación y empleo para que puedan ser económicamente autónomas. La organización también les da asesoría legal y ha creado refugios y comunidades para las chicas trasplantadas violentamente de su país de origen y sin ningún familiar o conocido en Italia.
“El trauma que estas mujeres sufren es muy fuerte”, reconoció Princess, que pese a haber recibido amenazas de los traficantes no se detiene en su misión y trabaja al lado de las fuerzas del orden. Princess también se acerca a inmigrantes que se prostituyen por las calles. “Cuando hablo con ellas les digo que conozco su historia, porque es también mi historia”.
Según los expertos, desde la década de 1990, cuando comenzó el arribo de cientos de nigerianas obligadas a prostituirse en Italia, han llegado al país europeo unas 30 mil mujeres, originarias en su mayoría de los estados del sur, los más pobres del país africano.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió el pasado 18 de octubre, en ocasión de la Jornada Europea contra la Trata, que la explotación sexual de inmigrantes es un fenómeno en “crecimiento exponencial” que corre el riesgo de “salirse fuera de control”.
Un reporte del organismo dijo que en 2013 desembarcaron en Italia 433 mujeres nigerianas, en el 2014 llegaron a mil 500, en 2015 superaron las cinco mil y en los primeros siete meses de 2016 fueron tres mil 600, entre ellas muchas menores de edad. Para la OIM, ese incremento tiene una clara explicación: se trata de un nuevo tráfico de mujeres de Nigeria a Italia con el objetivo de la explotación sexual.