NACIONES UNIDAS (AP) — La embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley advirtió el miércoles que su país está dispuesto a actuar en Siria si el organismo mundial no lo hace, a la luz del más reciente ataque con armas químicas que según dijo "tiene todas las huellas" de las fuerzas oficialistas sirias.
Haley habló en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, la cual fue convocada para aprobar una resolución patrocinada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia que condena el uso de armas químicas en Siria y que amenaza con tomar medidas si se siguen usando.
Por su parte en Washington, el presidente Donald Trump declaró que el ataque en Siria "cruzó muchas, muchas líneas" y le obligó a repensar súbitamente su posición en torno al conflicto.
Aun así, Trump enfáticamente se negó a especificar qué acciones su gobierno estaba dispuesto a tomar.
En la ONU, la embajadora Haley tuvo fuertes palabras en contra del gobierno sirio.
"Hay momentos en las Naciones Unidas donde nos vemos obligados a tomar acciones conjuntas", declaró. "Cuando las Naciones Unidas falla constantemente en su deber de actuar colectivamente, hay momentos en la historia de los estados cuando nos vemos obligados a tomar acción por cuenta propia. Para el bien del consejo, espero que el resto del consejo está finalmente dispuesto a hacer lo mismo".
Haley ofreció sus declaraciones luego que la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia avisó que su gobierno se opondría a la resolución, la cual calificó de "categóricamente inaceptable" porque "se adelanta a los resultados de la investigación y nombra al gobierno sirio como el culpable".
Vladimir Safronkov, viceembajador de Rusia ante la ONU, dijo al consejo que "la prioridad ahora es realizar una investigación objetiva sobre lo sucedido... hasta ahora todos los reportes falsos sobre este incidente han venido de los Cascos Blancos o del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que está en Londres y hace tiempo quedó desacreditado".
Añadió que entre las 11:30 de la mañana y las 12:30 del mediodía del 4 de abril, el gobierno sirio efectuó un bombardeo contra el extremo oriental de Khan Sheikhoun, un poblado en mano de los rebeldes, "para atacar un gran almacén de municiones y equipos militares".
En esa instalación, manifestó, habían equipos "para producir municiones que contenían armas tóxicas" para su uso en Irak y en Alepo.
"El uso de esos materiales fue confirmado el año pasado por Rusia y por expertos militares", dijo Safronkov. "Los síntomas mostrados por las personas afectadas eran los mismos que los mostrados el año pasado en Alepo".
El embajador británico ante la ONU Matthew Rycroft también dijo ante el consejo que el ataque "lleva todas las huellas" de ser obra del régimen de Bashar Assad.