José Diego Suárez Padilla, de oficio de albañilería, decidió dejar su trabajo con la finalidad de estudiar leyes, esto para conseguir justicia para su hija Rosa Diana, quien fuera asesinada a puñaladas por Gilberto Campos, el 31 de diciembre de 2010.
Fue gracias a un medio local por la cual la emotiva historia del hombre se dio a conocer. Su motivación fue la justicia y el deseo de él mismo llevar a la cárcel al feminicida de su hija y a quienes consideró fueron cómplices: dos servidores públicos.
En su relato, el hombre ha detallado que su hija les había advertido sobre la amenaza de muerte que había recibido, la cual no creyeron y no brindaron protección. Desafortunadamente cuando él regreso a los juzgados, fue porque Rosa Diana ya estaba muerta.
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Sin recursos para un abogado
Don José era un trabajador que cada día se ganaba lo necesario, no podía pagar un abogado y decidió volverse su propio defensor. Estudió el código penal, el civil, la ley de amparos y decenas de libros, presentó más de 350 escritos y combatió seis apelaciones en tribunales. Él se juró que lucharía por su hija, hasta donde tuviera que hacerlo para que se hiciera justicia.
Ha finales del 2019 el hombre logró una sentencia de 67 años para el asesino de su hija, y dos por abuso de autoridad para los funcionarios que no le dieron la protección necesaria cuando se necesito.
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El fallecimiento de Diana
El 4 de octubre de 2019, Gilberto llegó a casa de Diana para golpearla y cuando don José llegó fueron a presentar la denuncia. La joven dijo en ese momento: “Tengo miedo de que me mate”. Le respondieron que las peleas de novios no son un delito, solo acusaron a Gilberto de allanamiento de morada, nunca lo detuvieron.
El 31 de diciembre de 2010, cuando Diana iba a cumplir 22 años, fue asesinada por Gilberto de 16 puñaladas.
“A mi hija ya no la tengo, pero si ella dio su vida, que esa vida valga la pena. A las familias les digo: que no se rindan, que luchen hasta lo máximo”, dijo don José.
En México, en promedio son asesinadas 10 mujeres al día.