En la clínica de la Universidad de Ulm, cinco bebés prematuros recién nacidos sufrieron una pérdida de aire, provocando intransigencia en los médicos y enfermeras.
Fue hasta después de 48 horas del suceso que los infantes pudieron respirar independientemente. Cinco semanas después los padres se enteraron que una enfermera habría atentado contra la vida de sus hijos.
Cristof Lehtr, fiscal de la ciudad de Alemania, informó que la enfermera fue detenida por intento de asesinato y heridas graves que causó a los bebés.
Una jeringa encontrada en el casillero de la acusada, la cual contenía una mezcla de leche materna con morfina fue evidencia clave para que fuera acusada de haber inyectado dichas sustancias.
En los primero instantes de la falla respiratoria que sufrieron las víctimas se pensó se trataba de una infección, la cual fue descartada mediante exámenes de orina. Los mismos estudios demostraron que existía rastro de morfina en el sistema de los bebés.
La enfermera fue detenida el pasado miércoles, sospechosa de “haber actuado intencionalmente” pues, recalcó el fiscal, era consciente de que los pacientes podían morir.
Pese a las muestras, la enfermera niega los hechos que le adjudican.
Con información de La República
EM