Un estudio realizado y publicado por investigadores de la Universidad de Stanford determinó que consumir cigarrillos electrónicos multiplica por cinco las probabilidades de contraer coronavirus, y que fumar tanto cigarrillos tradicionales como electrónicos incrementa el riesgo por siete.
Según indicaron sus autores, su objetivo inicial fue responder las siguientes preguntas: ¿es más probable qué los fumadores de cigarrillos electrónicos se hagan la prueba del SARS-CoV-2? y ¿es más probable qué den positivo?
“La respuesta es totalmente afirmativa” a ambas preguntas, aseguró Bonnie Halpern-Felsher, coautora del estudio y profesora de pediatría de la Universidad de Stanford que estudia el uso de tabaco entre los jóvenes.
En dicho estudio, tuvieron participación más de cuatro mil adolescentes y adultos jóvenes, distribuidos alrededor de los 50 estados norteamericanos. A todos se les preguntó si habían usado alguna vez cigarrillos normales o electrónicos; si los habían usado en los últimos 30 días; si se les habían realizado pruebas de COVID-19; y si los resultados de las pruebas habían sido positivos.
Otro de los puntos referenciales en la investigación fue si tenían sobrepeso o bajo peso (lo que puede afectar a la función pulmonar); y su estatus socioeconómico (que puede afectar al cumplimiento de la distancia social).
Los resultados determinaron que las personas que habían fumado en los últimos 30 días no sólo tenían más probabilidades de dar positivo, sino que también tenían nueve veces más probabilidades de desarrollar síntomas que los llevaran a someterse al test.
Ante esto, especialistas indicaron que es posible que los usuarios confundieran los efectos que generan los vapores de los cigarrillos electrónicos –extra flema, tos o falta de aliento– con los síntomas del COVID-19.
Las conclusiones del estudio “muestran que el uso de cigarrillos electrónicos y el doble uso de éstos y cigarrillos comunes son factores de riesgo subyacentes significativos para COVID-19 que no se han demostrado anteriormente”.
Y aunque todas son hipótesis de su investigación, los fumadores pueden tener más daño pulmonar, lo que los hace más susceptibles al virus. Además, pueden estar más expuestos por tocarse la boca más a menudo que otras personas, o incluso compartir dispositivos con otros.