Phoenix, 1 Mar (Notimex).- Autoridades federales estadunidenses detuvieron a 11 personas sospechosas de suministrar alimentos y equipo a una red de vigilantes, colocados por narcotraficantes a lo largo de un corredor en el desierto del sur de Arizona, para asegurar el cruce de cargamentos de droga.
Los 11 detenidos transportaban radios, teléfonos celulares, baterías, paneles solares, combustible, comida, ropa, artículos de tocador y otros insumos para los vigilantes, quienes se colocan en las partes altas de los cerros en el sur de Arizona y permanecen ahí durante semanas o incluso meses. De acuerdo con la acusación presentada ante una Corte Federal en Tucson, los 11 detenidos enfrentarán cargos de conspiración para distribuir mariguana, al abastecer de insumos a los vigilantes.
La acusación precisa que los vigilantes utilizan binoculares y radios encriptados para guiar a los narcotraficantes y a los traficantes de personas a lo largo del desierto, evadiendo a los agentes de la Patrulla Fronteriza y de otras corporaciones. Decenas de vigilantes están distribuidoras a lo largo de un corredor que va desde la frontera y a través de la reservación indígena Tohono O'odham y hasta Phoenix, de acuerdo con la acusación.
La detención y acusación de los “abastecedores” de los vigilantes se da después de una investigación del Departamento de Seguridad Interna sobre una organización que contrabandeó mariguana a través de la reservación Tohono O'odham, hasta Phoenix. Como parte de la investigación, los agentes se dedicaron a detectar a los vigilantes y a desmantelar la red de abastecimiento que los apoyaba.
La investigación mostró que los suministros se concentraban en una casa en Phoenix. Luego, los insumos eran entregados a conductores en diferentes puntos de Phoenix, incluyendo parques, estacionamientos de supermercados, talleres mecánicos y otros. De Phoenix, los conductores transportaban los suministros a diferentes puntos a lo largo del desierto, donde eran recogidos por otros que los conducían hasta los sitios donde se encontraban los vigilantes.
Todos los acusados son ciudadanos de Estados Unidos, con excepción del mexicano Rubén Villegas Acosta, de 28 años de edad.