CLEARWATER, EEUU, 2 ene (Reuters) - En Valle de Mezquital, en el centro de México, la gente teme que las remesas que envían sus familiares desde el extranjero, fuente primaria de fondos para comprar esos bienes, se acaben pronto.
Durante la campaña presidencial, Trump dijo que frenaría las remesas de trabajadores mexicanos ilegales desde Estados Unidos, a menos que México acordara financiar un muro fronterizo.
Según estimaciones de BBVA Bancomer, los migrantes en Estados Unidos habrían enviado un récord de 27,000 millones de dólares en remesas a México en 2016, más de 2,000 millones más que en el 2015.
Una habitante de una comunidad en las afueras de Ixmiquilpan manifestó que "si mandan a nuestros migrantes aquí va a haber más pobreza, porque allá tienen trabajo y nos ayudan a mantenernos. Aquí no hay trabajo”.
Trump no ha dado más detalles sobre su amenaza de bloquear las transferencias, y un plan migratorio de 10 puntos en su página de internet no menciona el tema. Pero la posibilidad está afectando las decisiones de los migrantes sobre las remesas.
Las remesas se han convertido en un gran apoyo para la economía mexicana, comparadas con los 18,500 millones de dólares en ingresos por las exportaciones de petróleo en 2015 o los cerca de 340,000 millones de dólares en bienes manufacturados, según el instituto nacional de estadísticas.