El francés Adrien Mauduit logró una espectacular foto de un reno de pie con el fondo de la aurora boreal en Tromsø, Noruega.
El fotógrafo intentaba fotografiar al animal, que caminaba por las instalaciones del Observatorio Aurora Boreal, cuando, de repente, la aurora comenzó a aparecer en el cielo. Le tomó dos horas obtener la toma perfecta. De un total de 400 fotos, solo tres fueron "nítidas".
"Fue uno de los momentos fotográficos más absurdos que he vivido", escribió Mauduit en su cuenta de Instagram.Reinulf, el 'modelo' de la foto, vive en libertad dentro del territorio del observatorio y para los fotógrafos del lugar siempre ha sido un sueño poder inmortalizarlo junto a la aurora.
"Estamos muy orgullosos de esta toma y es la primera vez que vemos una en la que un animal semisalvaje, sin correa, se para bajo tal despliegue de auroras", escribió el observatorio en un comunicado.
¿Qué es una aurora boreal?
Las luces polares (auroras boreal) son un fenómeno natural que se encuentra tanto en el hemisferio norte como en el sur y que puede ser verdaderamente inspirador. Las luces del norte también se llaman por su nombre científico, aurora boreal, y las luces del sur se llaman aurora austral.
El origen de la aurora comienza en la superficie del sol cuando la actividad solar expulsa una nube de gas. Los científicos llaman a esto una eyección de masa coronal (CME). Si uno de estos llega a la Tierra, tardando entre 2 y 3 días, choca con el campo magnético de la Tierra.
Este campo es invisible, y si pudieras ver su forma, haría que la Tierra pareciera un cometa con una larga "cola" magnética que se extiende un millón de millas detrás de la Tierra en la dirección opuesta al sol.
Cuando una eyección de masa coronal choca con el campo magnético, provoca cambios complejos en la región de la cola magnética. Estos cambios generan corrientes de partículas cargadas, que luego fluyen a lo largo de líneas de fuerza magnética hacia las regiones polares.
Estas partículas reciben un aumento de energía en la atmósfera superior de la Tierra y, cuando chocan con los átomos de oxígeno y nitrógeno, producen una deslumbrante luz auroral.