Katy Perry ha negociado pagar poco más de 14 millones de dólares para convertirse en la propietaria de un convento que pertenece a la arquidiócesis estadounidense.
Sin embargo, las monjas que habitaban el lugar se oponían a la petición de la cantante.
Al parecer, la batalla legal lleva más de dos años pero todo apunta a que la cantante logró su propósito.